galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

PAISAJES PERFECTOS

Hay más allá del espacio urbano, un paisaje de agua y calma, nacido para procurarnos las emociones profundas. Lo provoca un río legendario y una laguna, casi próxima a los límites del País.

De esta naturaleza sublime emana la inspiración para sobrellevar el triunfo; y la belleza del entorno se convierte en el único testigo posible del amor perdurable por la tierra que amamos, tras los años de los años.

Otro río pasa mientras sobrevive la música entre los altos muros que esconden la libertad y también es de agua de río el canto que se escucha en la vieja aldea donde se detiene el tiempo para descansar.

Al final, hallamos la obra perfecta, cuando el regato pequeño supera el vértigo de la cascada. 

…Esta vez te llevo desde Antela a Toxosoutos, pasando por A Lama. Te enseñaré distintas perspectivas, para que conozcas esa otra Galicia que se oculta detrás de una curva.

DESDE LA ALTA LIMIA

Lo que te arrastra hasta aquí es la esplendorosa belleza del río Limia, el creador del paraíso natural de Antela, laguna pequeña pero lugar ideal para recomponer el relato de verano.

El Limia es el Lethe o Río del Olvido. El que los romanos creían que al cruzarlo perdían la memoria. Tan bello como legendario, nace en la sierra de San Mamede alimentado por mil torrentes. Es como una fuente de montaña, de agua pura y saludable, cuyas primeras gotas manan en la suave cumbre que conocemos como monte Talariño, en el núcleo habitado de Paradiña.

Baja de la sierra atravesando Xinzo, la antigua Civitas Limicorum fundada por Decio Juno, general de Roma que tuvo la valentía de comprender que la niebla galaica solamente genera la atmósfera húmeda que empapa la tierra.

Es presuroso el Limia en su trayecto, -que transcurre por las tierras que se asientan entre la sierra santa y el Xurés-; y por eso canta, bailando de piedra en piedra, música de fervenza, siempre breve compañera del río, que busca crecer camino de Portugal, en donde le dicen Lima.

La atmósfera humedecida de A Limia, sin embargo, tiene otro espacio de agua con larga historia: La Laguna de Antela, que llegó a ser el lago más grande de España, antes de su desecación por decreto ley del franquismo. Decían aquellos grandes genios que bajo las aguas de Antela estaban las tierras más fértiles, pero de esta llanura inmensa solo salieron y aún salen las mejores y peor valoradas patatas del mundo.

Hoy vislumbra su recuperación y hasta ella han vuelto algunas de las aves que habían perdido ya la esperanza de recobrar su refugio natural.

POR EL CAMINO VERDE

Aquí siempre son los ríos quienes remueven el paisaje en su rápido descenso desde las entrañas de los montes como A Paradanta. Incluso humedecen el camino verde que va a la ermita, la de a Nosa Señora, a la que honramos en concurrida romería que nos anuncia el estío y el retorno del amigo gallego que ya es mejicano.

El pequeño río  Xesta, es el espejo del alma verde de A Lama, cuyo valle dibuja tranquilo, tras haber superado el vértigo de la cascada de A Freixa, el rincón ignorado del  más bello espacio natural de la comarca.

Si quieres encontrar los orígenes de esta zona de media montaña, tendrás que subir al pico más alto para encontrar grabados rupestres, castros semiocultos o la calzada romana conocida como Camiño da Brea, que fue también ruta Medieval y paso de arrieiros que iban del Ribeiro a la costa.

Hoy los caminos de asfalto acercan las diez parroquias de A Lama al gran Vigo y en todo el municipio se notan tanto las casas de vacaciones como el edificio de su centro penitenciario rompiendo el paisaje.

Tras la frialdad de los muros hay mil historias que contar y algunas te contaré un día de estos. Es como una pequeña ciudad que se levanta para trabajar y desarrollarse como personas, al margen de los errores cometidos. Incluso hay quien canta y baila para que el tiempo transcurra más deprisa, en busca de la libertad. Sobre todo la que se respira en los esos lugares menos concurridos a donde nos conducen los senderos del agua.

LOS RÍOS DE LOUSAME

El agua que nace en el Iroite abre senderos de belleza entre los soutos de Lousame y crea dos ríos para que cubran de humedad estos prados.

Es agua bendita por San Xusto que tuvo aquí monasterio habitado. Por eso hace germinar las semillas salvajes del espacio natural.

Los dos ríos de Lousame fluyen así, entre el paisaje de flores silvestres y árboles multiformes, peregrinos y misteriosos.  Procuran el mar de Noia, en cuyos remansos conocen al Tambre más caudaloso, el que genera los meandros del oasis deseado.

La sorpresa la llevamos al acceder a uno de los municipios menos conocidos de Galicia, pese a estar enclavado en la hermosura del Valle de Quintáns, al pié del mítico Iroite. Es el mirador de una sierra y dos mares: la cadena de montes del Barbanza y las  rías de Noia y de Arousa.

Lousame es un territorio de asombrosos lugares verdes que el agua hace refulgir de manera especial. De todos ellos yo me quedo con Toxosoutos que, además de aldea pintoresca, con todo el encanto rural de la Galicia verdescente, es un espacio natural en las márgenes del río San Xusto.

Tiene especial encanto su fervenza, donde el agua salta con prisa para llegar a la ría. Y de interés monumental es su monasterio viejo que aún mantiene en pié la estética de su torre y de su iglesia, en medio de la más atractiva frondosidad.

Aquí solo se escucha el sonido del agua, algún pájaro y sobre todo el silencio. Son tres lugares que debieras conocer de esta Galicia… Única.

Xerardo Rodríguez