PAULO LORES, @pauloRCCV

CERO EN MATEMÁTICAS, DIEZ EN SENTIMIENTO

Esta semana mi gente única se cuenta por miles. Son un montón de personas que apagaron el fuego con sus lágrimas… más cuatro que perdieron la vida en el intento. Los has visto en la tele de cien en cien, caldero en mano, construyendo la cadena de la solidaridad por la ciudad y por el campo. Son el verdadero ejemplo de mi pueblo gallego, del que me siento realmente orgulloso.

Pero entre todos ellos hay un personaje muy especial. Es todavía adolescente, estudia segundo de bachillerato en Vigo y le dio una gran lección al profesor de Matemáticas que, al día siguiente de la gran tragedia ecológica que sufrió Galicia, puso un examen a sus alumnos.

Se llama Paulo  Lores y funciona en Twitter como @pauloRCCV, aunque todo el mundo le llama ya el chico de la carta.

Ese día no habló del Celta, como acostumbra, solo comentó:

—- Esta mañana, después de todo lo pasado ayer, no nos han permitido el cambio de un examen de Matemáticas. Este ha sido el mío.

Y reproducía una carta dirigida a su profe en la que, entre otras cosas, le decía:

—- Respeto la decisión de mantener el examen pese a la trágica catástrofe que hemos sufrido ayer en esta tierra, pero yo no estoy en condiciones de hacer el examen, no soy capaz de ponerme a pensar en matrices y determinantes, mi mente no está aquí, está con mi tierra y está con mi gente.

Además, Paulo narraba en su misiva, con el mas preclaro sentimiento, como las llamas rodeaban una ciudad con cielo de humo,  provocando el miedo entre sus seres más queridos. También descargaba contra los “terroristas desalmados” autores del mayor desastre ecológico sufrido por Vigo a lo largo de toda su historia.

En esta era de los “Milenians de Modernia”, cuando millones de padres que lo son se preguntan qué le pasa a sus hijos y porque suenan a hueco sus palabras, reconforta saber que no todo es botellón, sexo, y música tecno.

¡Qué bien sienta saber que también hay jóvenes como Paulo a los que sí importan los valores! Niños capaces de emocionarse con sus vecinos, esas personas desesperadas de Samil o de Navia que pedían cubos y mangueras en la noche del pasado domingo, porque veían arder su Vigo verde.

Paulo Lores es todo un ejemplo de gente única para el futuro que viene, ese que tendremos que confiarles a jóvenes como él,  porque nosotros ya ni siquiera llegaremos.