galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

PORQUÉ SE LLAMARON “SON LALÍN”

Hace años que no voy por Lalín, en donde no se me pierde mucho y menos un cocido, que ni siquiera en “La Molinera” superan a Gloria preparando tales viandas. Pero sí vi ese “Luar” especial que presenta Gayoso todos los años para que el alcalde Crespo entregue los Premios de Gastronomía y salga como artista invitado en el ancestral programa.

Ahí me encontré a José Luís Blanco “Camariñas”, que debería dejarse de cocido y bajar de peso porque le va a dar un pallá. Su invitado era mi amigo Juan Santabaya, ex director general de Movieplay, que no pudo con la pregunta del presentador…

—- ¿De dónde salió el grupo Son Lalín, porque se llamaron así y por qué fue número uno en las discotecas?

Ya lo expliqué alguna vez porque por allá andaba yo, a mediados de los setenta, cuando creamos el sello discográfico “Xeira”, Santabaya, Gustavo Ramudo –director artístico de Movieplay- y un servidor.

El nombre de Son Lalín es consecuencia de la generosidad de Gustavo Ramudo que, educadamente, al terminar las mezclas de un disco siempre me preguntaba por cortesía…

—- ¿Cómo lo escuchas?

Y yo le respondía…

—- ¡Ay, non che sei! ¡Eu son de Lalín!

Era mi frase favorita para eludir respuestas comprometedoras y de ella Gustavo entresacó el nombre con el que bautizó al grupo, compuesto por los mejores músicos de estudio. Así nació Son Lalín, así de sencillo.

Gustavo Ramudo es un cachondo y uno de los mejores productores de Europa. A él le debe Galicia los grandes discos de Suso Vaamonde, Pilocha, Xoan Manoel Conde, A Roda, Mareira, Petapouco y un amplio etcétera. En aquel entonces, grabar un disco era lo más difícil para un artista y este país consiguió tener el primer sello discográfico propio, del que fui coordinador.

Xeira me dio muchas satisfacciones, escaso dinero y ningún honor patrio. Una de ellas fue sin duda la de poder escuchar la “Muiñeira de Chantada”que grabó “Son Lalín”a ritmo pop, logrado a base de una buena percusión –gracias, Antón Cabaleiro-, violines, guitarras y una sola gaita, la de Gustavo Díaz, profesor del Conservatorio de Madrid.

Sin duda, una obra de arte gracias a los arreglos de Miguel Ángel Varona “Bilbi”, al sonido logrado por Santiago Coello en los Estudios Sonoland y a la producción de Ramudo, un genio poco reconocido en España a pesar de haber descubierto a muchos de los artistas que aún hoy gozan de mucha popularidad.

A mediados de los ochenta hice un viaje a París y mi inolvidable amigo Avelino Estévez, el fotógrafo preferido por las estrellas, me invitó a conocer Olivia Valére, entonces la discoteca más famosa de Europa a la que concurría todo el famoseo y la elite parisina.

La propia Olivia, encantadora siempre, nos sentó en la misma mesa que Úrsula Andress.

No sé si fue casualidad, pero en aquellos tiempos la chica Bond seguía siendo mi sex símbolo, imagínate como estaba yo de ancho conversando en mi marrullero francés con la gran estrella del cine de los sesenta. La miraba y aún la veía con aquel biquini de tigresa saliendo del agua con un cuchillo colgando de su cintura de avispa. 

En esto, supongo que por sugerencia de Avelino y gentileza de la casa, comenzaron a sonar los primeros compases de la Muiñeira de Chantada del Son Lalín de Ramudo y me lancé a la pista. Me siguió Úrsula Andress y detrás de ella un alto número de danzantes que enseguida nos rodearon.

Aquella música hizo que me saltara una sola y emotiva lágrima y di las gracias a todos por haber logrado que los parisinos bailasen una muiñeira.

Esta tarde me la he vuelto a poner a todo volumen y la bailé con Gloria en un acto de sublime amor por la música y por mi mujer. Harías bien en hacer lo mismo. Solo tienes que darle al play para comenzar a divertirte con la danza más popular y enxebre de Galicia.