galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

RENACE LA ALDEA

INGLESES DE GALICIA

La aldea vieja tiene un sendero que en primavera luce más hermoso que ninguno, el que conduce a la devesa.  Otro camino de pizarra te lleva hasta la sombra de los árboles centenarios del bosque encantado.

Aquí, el entorno de las casas es de verde hierba y más cerca aún están los campos poco cultivados, sobre los que se ha de construir el futuro.

Porque estas son las casas que levantaron los abuelos, con paciencia, sudor y esfuerzo altivo. Y aún heridas por el tiempo, ahí están, esperando volver a vivir…

Los datos oficiales revelan que Galicia tiene 1.338 aldeas sin habitantes. 8.000 pueblos con menos de diez vecinos. Y 200 lugares están totalmente abandonados.

Y hemos de recuperarlos porque son los pueblos de cuando éramos niños; los de las grandiosas alboradas y los santos que protegían los agros sembrados. 

Entre ellos está la aldea de nuestras hadas y el rincón perfecto para construir ahora los nuevos sueños…

La BBC, la poderosa televisión pública inglesa, bendecía no hace mucho a esta bendita tierra porque uno de sus hijos nos había elegido para morir. Es uno más del mas de un millar de ciudadanos británicos que se han enamorado de esa aldea pequeña y la han reconstruido para hacerla suya y disfrutarla.

También cobran forma, los sueños, en las nuevas explotaciones como la de A Mata, en el municipio de Manzaneda. Te sorprendería en ellas el entusiasmo de sus propietarios.  

Fernando se formó en el campus de Lugo con la idea de darle esplendor y vida a la finca de sus padres. Hoy tiene 200 ovejas y 30 vacas, además de dedicar once hectáreas al vino Ribeira Sacra y a otros proyectos relacionados con el aprovechamiento forestal.

Fernando Álvarez tiene casi sesenta años, es ingeniero agrícola y todo un ejemplo de cómo encontrar la rentabilidad de una finca en peligro de extinción. Su trabajo nos permite afirmar que el regreso al rural  y su rentabilidad, es posible.

Hasta ahora, en la mayor parte del territorio, se siembra y se cultivan con mimo aquellos productos que llamamos de autoconsumo y que suponen un buen complemento de ahorro, tan necesario en estos tiempos.

Si te das una vuelta por cualquier aldea te das cuenta de que ya las patatas dejan asomar su planta por encima de la tierra; pero la huerta es más amplia y está llena de legumbres. De tomates, judías, guisantes y pimientos…

También verás al pastor con sus ovejas y los prados llenos de ganado, mientras los viejos alpendres están a tope de gallinas y hasta de conejos…

Los campos cultivados vuelven a emocionarnos y nos proporcionan el espectáculo de la vida.

Y la televisión inglesa lo cuenta, en contra de la opinión del periodismo económico de baja estopa que aconseja estos días no invertir en España.