galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

RESPETO POR LOS ANIMALES DE LA ALDEA GLOBAL

Por José Carlos Romero Pérez

Recuerdo como si fuese hoy, siendo yo un muchacho, las caras de sorpresa de aquellos chavales que compartían aula conmigo, cuando el maestro de la escuela rural  a la que íbamos nos decía  que nosotros también éramos animales. En los rostros se notaba indignación, nos sentíamos ofendidos…

—- ¿Yo, un animal? ¡No puede ser!

Nuestra autoestima se había ido por los suelos. Después de momentos de desconcierto, nuestro maestro, en aquel entonces al “profe” le llamábamos maestro, muy didáctico siempre,  nos explica con cariño lo que significaba ser animal: seres animados que sienten y sufren como nosotros, y que también tenían parecidas necesidades fisiológicas.

Presiento que, pasado el tiempo, a muchos se nos ha olvidado toda está sabiduría aprendida en aquellas aulas, pues disponemos de los animales como si tuviésemos todos los derechos sobre ellos, sin tener en cuenta que son seres vivos que sufren cuando se les maltrata.

No nos extrañaría descubrir algún día que hay  una forma de  inteligencia diferente a  la nuestra en el reino animal y también una forma de  comunicarnos con ellos… ¡Cuántas cosas  nos dirían!

Hoy hacemos acopio de todo por puro placer y también para satisfacer nuestra necesidad irracional de atesorar. Nada nos sacia y cuando nuestro poder adquisitivo se incrementa, exponencialmente se crean nuevas necesidades que antes no existían. Los “racionales” somos así,  todo lo consumimos y también utilizamos y, cuando no nos satisface, lo tiramos. Formamos parte de la aldea global de usar y tirar en la que también lamentablemente incluimos a los animales.

Hace años conocí a un señor  que criaba un par de terneros al año para vender y así ayudar a la economía de casa. Cuando venía el tratante para llevarlos, él se ausentaba. Un día le pregunté a su mujer por qué se iba, la respuesta me dejó abrumado…

—- Lo hace porque no puede soportar que se lleven unos animales que ha criado y les cogió cariño; le da vergüenza que le vean los ojos llorosos.

Ya nos podemos imaginar qué pensaba este hombre de los que hacen sufrir a los animales para divertirse.

Mañana sábado, 3 de febrero, Galicia acogerá el Campeonato de España de Caza de Zorro en los montes que hay entre los ayuntamientos pontevedreses de A Estrada, Forcarei, Cerdedo-Cotobade y Campo Lameiro. Se juntará la gente poderosa y cazadora.

Esto ya no es “La Escopeta Nacional”, es  lo que algunos ya llaman el neocaciquismo del siglo XXI y  que en Galicia encuentra el terreno abonado…

—– ¿Qué podemos decir y esperar de esta gente?

Os dejaré algo estremecedor que contó José Saramago:

—- Soy nieto de un hombre que al presentir la muerte, estaba a su espera en el hospital a donde lo llevaban, bajó al huerto y fue a despedirse de los árboles que había plantado y cuidado, llorando y abrazándose a cada uno de ellos, como si de un ser querido se tratara….. Se diría que estaba despidiéndose de lo que hasta entonces había sido su vida… Se despidió de la familia y de los árboles como si todo fuese para él su familia”.

Lo del señor de los terneros y lo del abuelo de José Saramago puede que sean casos de excepcional sensibilidad hacia la naturaleza. Pero todos los seres vivos y sobre todo  los animales, no son cosas; nos hacen compañía y también nos hacen sentir queridos. Respetarlos y evitarles sufrimientos innecesarios nos hace más humanos.