galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

SANTIAGO FORMOSO, UN GALLEGO EN NEW JERSEY

A pesar de este clima cambiante Compostela está este verano llena de turistas y peregrinos, bien atendidos por el muy profesional gremio de la hostelería, los comerciantes clásicos, los funcionarios públicos y los taxistas conversadores, guías de la actualidad y si hace falta del pasado monumental.

En realidad toda Galicia está petada, como dice mi nieta Alicia, porque además de turistas algunos emigrantes han vuelto a casa aunque solo fuere para pasar unas vacaciones de esas que, cuando vives en el extranjero, siempre te resultan cortas.

JUGÓ EN EL COSMOS DE PELÉ PERO DEJÓ EL FÚTBOL PARA SER TAXISTA EN NUEVA YORK

A Santiago Formoso, que fue taxista en Nueva York después de ser una estrella del fútbol, le gustaría volver –“ainda que fora de vacacións”- pero ahí sigue, ahora jubilado, en New Jersey, la ciudad en la que aterrizó “hace 50 años y 25 días en busca de aventura y de progreso”. Esta es la cuenta exacta del hombre que brilló en el firmamento del Cosmos, aquel equipo de futbol en el que jugaron cotizados futbolistas de la época, aunque ya en la recta final de sus carreras.

Hoy en día, aquel jugador que vistió la misma camiseta de Pelé y Beckenbauer quizá resulte un desconocido, pero es uno de los protagonistas del documental “Alem do Cosmos” que cuenta como un grupo de jugadores ya retirados despertaron la locura colectiva en el Nueva York de los años 70 y en medio mundo, “hasta en la China”.

La historia dice que el Cosmos se planteó como un negocio más de los hermanos Ahmet y Nesuhi Ertegün, los poderosos dueños de la Atlantic Records, en 1970; sin embargo el equipo de los comienzos solo lograba reunir, como máximo, a tres mil espectadores.

Fue por lo que en 1975 llegaron al equipo Pelé, “O Rey” y Beckenbauer, “El Kaiser”, cuando estaban a punto de retirarse. Ellos consiguieron llenar los estadios en un país en donde el fútbol inglés competía con el beisbol, el baloncesto y el hockey, los tres grandes deportes-espectáculo de Estados Unidos. El Cosmos, además,  era toda una atracción mediática.

Beckenbahuer, Pelé y Formoso en el Cosmos

Para convencer a Pelé –que ese año estaba a punto de fichar, como no, por el Real Madrid- los Ertegün le dijeron:

—-  En España ganarás otra Liga, pero aquí ganarás a todo un país.

Para entonces, Pelé ya había ganado los corazones de los aficionados de todo el planeta.

Entre O Rei y el Kaiser destacaba en el Cosmos el gallego Formoso, un buen delantero al que por conveniencia alinearon como lateral. Era bueno. Estuvo a punto de fichar por el Real Madrid para sustituir a Camacho, lesionado, pero él prefirió seguir en Nueva York.

Él mismo cuenta el porqué:

—- Compartía habitación siempre con Pelé, me codeaba con Frank Sinatra y los Rolling Stones… a mi no se me perdía nada en Madrid. Además, sabía que cuando Camacho se recuperara a mí me mandarían al Castilla.

Aquí, en New Jersey, Formoso vive ahora con cierta morriña pero feliz.

—- Mi abuelo vino a Estados Unidos en 1906. Por eso desde niño siempre quise vivir aquí.

Conserva el acento gallego cuando habla el español y entre sus recuerdos están los de su niñez, por eso lleva a Galicia en el corazón…

—- Claro que me gustaría volver, pero aquí también tengo mi vida.

Y te aclara, por si no enteraste bien…

—- Es que yo hice todo siempre como cantaba Sinatra, a mi manera.

Del Cosmos, el mejor recuerdo que guarda es la gira mundial, la que los Ertegün organizaron para recaudar. Algo muy similar a lo que hacen hoy en día los grandes clubs europeos.

—-  Mao se enteró de la gira y terminamos aquella aventura en Asia.

Formoso tenía ofertas del Atlético de Madrid y del Bayern Munich, pero un buen día colgó las botas y se hizo taxista de Nueva York.

—-  Conocía muy bien la ciudad y los mejores sitios. Sabía dónde estaba el dinero y gané más de taxista que en el Cosmos.

A Pelé le pagaban 50 mil dólares por partido pero a Formoso diez veces menos.

El gallego no le da importancia a eso…

—-  Sin acritud. A mí que me quiten lo bailao.  

Y ahí se queda tan pancho, con la Gran Manzana a sus espaldas y el río Hudson de por medio. Florentino le hubiera considerado más galáctico que Marcelo…