galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

SOLA ENTRE LA NIEBLA

NIEBLA 1 +

Uno de los grandes placeres del invierno es contemplar como la niebla trata de escalar la sierra próxima para que penetre la luz diurna en la aldea pequeña. Para conseguirlo, la niebla trepa por en medio de soutos y fragas, dejando atrás el paisaje soloverde que el valle ganó a la media montaña.

En la aldea pequeña aún convives con el pasado no tan lejano y a veces se escucha el eco del familiar de los ausentes…

—- Eu teño un tío na Habana. Marchou pra-lá no corenta e tres. Non sei que fai…

A sus noventa recién cumplidos, Herminia ya perdió a su marido y sus dos hijas también emigraron hace tiempo huyendo de la incomunicación de su Outeiro. Ahora vive en soledad, entre la belleza que le rodea y el recuerdo de los suyos. Sin embargo, te habla como un libro abierto y te cuenta que esa niebla que nos gusta es dañina para todo…

—- Queima a horta, sobre todo os grelos. Non deixa nada. ¡Que se vaia!

NIEBLA 2 +

La pequeña aldea tiene en pie diez casas de piedra pero cerca hay un castro enterrado por el paso del tiempo. Aquí vivieron cientos de egobarros, una noble tribu galaica que cultivaba algunas tierras de labradío y cuidaba caballos, bueyes, vacas y ovejas. Nadie lo diría viviendo ahora este mundo en calma.

Ya es curioso que haya gente en tierras lejanas enferma de morriña por el paisaje que hoy me envuelve. Si aquí estuvieran, serían también testigos de cómo la Galicia interior se fue despoblando, poco a poco. Y si escarbasen en el corazón de Herminia se darían cuenta de la realidad…

—- Eu non me fun porque meu home non quixo. Cando morreu, hai oito anos… ¿Onde iba unha vella coma mín?

Por eso en Galicia hay muchas Herminias y más de ocho mil aldeas que únicamente visita la niebla.

NIEBLA 3 +

Sin embargo, la vida de Herminia transcurre a su aire. Nadie ha sido capaz de convencerla de que se fuese a la villa próxima, habitada mayormente por viejos y cuya mayor industria son las pensiones. Ocurre aquí y en toda la Galicia interior, donde algunos te cuentan que la emigración no fue mala porque mató el hambre e importó cultura.

Por ejemplo.

Hoy hay muchos cubanos que habitan entre nosotros y para ellos la habanera es la nostalgia hecha canción. Para los gallegos, “la habanera” es la escuela, la única y vieja escuela a la que tuvieron acceso los abuelos, fruto de la generosidad de sus ancestros, emigrantes a Cuba.

ESCUELA HABANERA +

Esas viejas escuelas siguen en pie aunque reciben otros usos: son la “casa de la cultura” de algunas parroquias, una especie de edificios multiusos que lo mismo sirven para escuchar a la coral o para celebrar una simple reunión de vecinos.   

—- Menos mal que la belleza no emigra…  

NIEBLA 4 +

ESPIRAL-FIRMA-