galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

UNA INDUSTRIA AUDIOVISUAL

MESTRE MATEO +

 

Estas mis vacaciones van a ser toda una aventura por la Galicia Única, porque, por fin, tras muchos veranos de “soidades”,  estaremos todos en casa, al menos treinta días.

La culpa de las ausencias la tenían nuestros respectivos trabajos, sobre todo los que elegimos el audiovisual y el periodismo como profesión. Todos los que nos dedicamos a estas faenas  hemos llegado a un punto rayano en la esclavitud por culpa de la norma laboral reformada y también porque somos vocacionales, de ahí que soñemos con la gran industria y le dediquemos a la obra mucho más tiempo que a la familia.

No es de extrañar que, dadas las circunstancias,  muchos de los que pertenecían a este mundo hayan abandonado la carrera en el trayecto y se hayan convertido en emprendedores de nuevas aventuras. Vaya como les vaya, no deja de ser una pena. Porque, para la mayoría de la gente que nos hemos movido en el entorno del cine o de la televisión de aquí, convertir el arte en industria fue siempre nuestro bien necesario.        

La teoría de quienes aún trabajan en ficción, la más difícil de las artes, es la de que “nadie mejor que nosotros mismos para realizar el gran spot del país”, pero tenemos que conseguir que esa historia que contamos llegue al gran público a través de una buena distribución.

En los últimos tiempos asistimos,  ya no tan asombrados,  al éxito de nuestros actores y actrices más conocidos en la gran y en la pequeña pantalla; y además, si nos sentamos a ver los Goya, esos “óscars” españoles últimamente bien prestigiados, nos suenan como nuestros muchos de los nombres de los premiados: además de intérpretes, productores, músicos, directores de fotografía…

Aquí ya hay de todo y de todo somos capaces, como queda demostrado en la última década, en la que, en Galicia, se produjeron buenas películas y grandes series de televisión.

La ficción cinematográfica o televisiva es un arte que une algunos de los aspectos más dificultosos de la creación; como es la fusión de la creación literaria, con la fotografía y la interpretación. Por eso resulta tan complicado el éxito y tan cara su concepción.

Dicen que el cine y la ficción que aquí se hacen son uno de los principales focos creativos de la modernidad gallega, como en su día lo fue la moda. Y es uno de los sectores mejor posicionados  para crear riqueza y exportar un buen producto.

—- Si tenemos todo… ¿Qué nos falta?

Esa es la gran pregunta para la que yo creo tener respuesta. Salvo raras excepciones, los empresarios del audiovisual que yo he conocido y no son pocos, para nada son ambiciosos en la producción, mientras que sí rayan en la  avaricia cuando piensan en beneficios. No les importa tanto la calidad del producto como el dinero que pueden acumular en sus cuentas corrientes.

Esto que os digo, las producciones ambiciosas, serían el gran motivo para ganar los mercados exteriores, especialmente el latino, pero a estos empresarios del audiovisual les es más cómodo dorarle la píldora al político de turno para que “de las órdenes convenientes a TVG y marque con sus directivos la cuota de pantalla de la empresa tal”, una cuota que incluye a los principales periódicos del país, los que encarecen un veinte por ciento la producción, al tener que subcontratarla.

Estos empresarios conocen muy bien los pasillos de la Xunta pero no han visitado ni una sola televisión que no sea la TVG, a la que entregan “impecables sus encargos”. Su infraestructura empresarial está pensada para un único cliente y de ahí no les mueve nadie.

Yo espero que, algún día, el talento de los creativos y profesionales del audiovisual gallego contagie a esos que llaman ahora emprendedores y de una vez por todas se produzca con calidad exportable y se abran los mercados latinoamericanos… y también el de los operadores españoles.  

Unos tres mil canales precisan cubrir sus parrillas con productos capaces de restarle audiencias a su competencia… ¿Quién se atreve?

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