galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

UNAS RELATIVAS VACACIONES

Aunque no me lo parece aún… me he dado vacaciones a mí mismo. Es decir, que a partir de esta semana todas las secciones de Galicia Única van de replay como hacen en la tele. Pero supongo que no lo notarás porque son historias pequeñas, pocas veces contadas y referidas solo al país que habito. Eso sí, la ACTUALIDAD será fresca, del día, como siempre, y espero que sigáis interesados en ella.

Mientras, trataremos de lavarle la cara a esta tu revista digital, con la ayuda de mi amigo Alberto Fernández, para hacerla más atractiva estéticamente y para que te resulte más fácil de leer. En septiembre te llevarás la sorpresa.

Un abrazo de tu amigo Xerardo Rodríguez.  

POR LOS ARENALES DE CANGAS

Ascendamos al mirador de la Ría para contemplar cómo van y vienen las olas a los arenales de Cangas testigos del embrujo de aquella meiga, María Soliña, cuyos ojos brillaban más que el agua vibrátil, de plata y oro.

Este es el mar del Capitán Nemo por obra de Julio Verne. Mágico mar de leyendas de meigas y tesoros, cantado por los poetas medievales, por los románticos del siglo XIX y también por los contemporáneos.

Y es el mar de la gente con salitre en la piel, protagonista de la eterna aventura en las horas de la luz herida. Mariñeiros que siempre lo miran y casi siempre están sobre él; porque solo en este mar encuentran la vida.

Esta es la Bahía generosa,  capaz de enjugar las lágrimas del alma de la diáspora y las lágrimas negras de aquel invierno de negra sombra sobre la costa. Pero hoy, sin embargo,  resplandece y brilla sintiendo  el placer de besar una y otra vez la misma playa meiga de Limens, de Nerga, de Barra o de Menduiña

Es la paz de sal elemental que encontramos,  cuando aún es posible la magia del paisaje  iluminado por la luz cambiante de cuatro estaciones en un solo día…

Desde el mirador de la Ría vemos como de ella emergen islas y crecen  puertos en sus riberas. Como nacen a flor de agua las bateas bajo el símbolo de la modernidad…

Y como se convierte toda esta Bahía en un gran espacio de ocio para que los viajeros del mar sientan el placer de navegar…

Al final, paseando por la mágica playa, el sol adormece la tarde para que las nubes rojas pasen viajeras, mientras del agua surge el espíritu de María Soliña, que responde a la llamada del poeta:

“Nos areales de Cangas muros de noite se erguían:

¡Ai, que soliña quedaches, María Soliña!”