galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

VENEZUELA SE DESCONOCE A SÍ MISMA

ORO +++

Dicen las tablas de los economistas modernos que invertir en Venezuela es ya tan peligroso como hacerlo en Irak o Siria, y Coca Cola ha parado a mitad de semana la producción de sus embotelladoras en el país por falta de azúcar. La situación es muy grave y la agudizan los bajos precios del petróleo, su principal materia prima.

Tal están las cosas que, por primera vez en su historia, Venezuela ha recurrido desesperadamente a sus reservas de oro. Si me fío de los datos facilitados por el Fondo Monetario Internacional, durante el primer trimestre de este año, el gobierno que preside Nicolás Maduro adelgazó sus reservas un 16%. Esto supone la mayor venta de oro del siglo XXI. Según el FMI Venezuela ha pasado de los 8’7 millones de onzas a finales del 2015 a los 7’4 del pasado Marzo, lo que supone 40 toneladas menos. Es más, durante los últimos cuatro trimestres, ha sido el principal vendedor mundial de oro.

Esto significa que la República Bolivariana está monetizando su oro en dólares que quema automáticamente por la inflación. El Banco Central de Venezuela ve reducidos sus activos de esta manera y cobra un enorme riesgo de quiebra. Además y para colmo, el gobierno de Chávez había comprometido sus reservas de oro como garantía de los créditos que solicitó a la financiera judío-norteamericana “Goldman Sachs”.

Según los datos facilitados por el propio Banco Central de Venezuela la tasa de inflación en el 2015 llegó al 180% y el FMI asegura que este año se disparará hasta el 700%. Para que te hagas una idea de la gravedad de esta noticia te diré que el Banco Central Europeo estima como tasa óptima el 2%.

—– ¿Y cómo se traduce todo esto al lenguaje del pueblo venezolano?

Aunque el petróleo apunta este año un repunte del 31%, Venezuela no podrá evitar el caos económico que sufre en mucho tiempo. De continuar con esta política económica, la República Bolivariana no solo seguirá sufriendo las carencias actuales que repercuten en la grave situación social que vive el país, sino que, además, crecerá su deuda externa hasta límites insostenibles, lo que supondría la quiebra del Estado.

Créeme que siento profundamente ser portador de esta realidad; y este artículo, te digo, no es más que mi lamento por el sufrimiento actual de mi gente venezolana, que puede llegar a convertirse en crónico.

Supongo que Venezuela, cuando se mira en el espejo de los tiempos, ya se desconoce a sí misma.

Espiral Celta FIRMA (2)