galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

Y NO PASA NADA

—- Pero… ¿Por qué aquí no pasa nada?

Vivimos en Galicia mi amigo, sitio distinto que diría Reixa, por eso ya no nos espanta nada de lo que está ocurriendo en este perro mundo en el que las vanidades se imponen a las cualidades, en el orden político y casi te diría que también en el social.

Aquí nos conformamos con bien poco y para comer tenemos.

Porque no te somos de grandes florituras: cuando queremos viajar, emigramos. Si no hay carretera, vamos a pié. La casa propia la construimos en la leira del abuelo. Tampoco nos interesa el metro porque hay autobuses calmosos y en su defecto taxistas que no hacen huelga. Decimos que el caso es tener salud y a falta de médicos visitamos a curanderos. Siempre tenemos trabajo porque somos todos chapuciñas. Y si por un casual nos obligan a cobrar el paro nos gastamos el dinero en la meiga, a ver que nos dice del futuro.

Es decir, por aquí… si llueve, que chova.

Te somos así.

Ya sé que media España anda revolucionada y el griterío se escucha en el Padornelo. Bien se ve que las medidas urgentes del Gobierno socialista no ocupan el debate central, que a nadie le importa la subida del salario mínimo a 900 euros. Eso, a los grandes periodistas bienpagados les preocupa bastante menos que la foto del presidente en su “air force one”.

—- ¿Y lo de los presupuestos?

Por aquí decimos que nos da igual, bueno, que mejor los prorrogados porque los nuevos nos los bajan para subírselos a los catalanes.

—- ¿Y lo de los taxistas?

Eso es en Madrid, oye. Por Compostela discutimos sobre el asunto pero no sabemos muy bien lo que es un VTC ni nos importa, que, al igual que los peregrinos, nos hemos acostumbrado a recorrer la ciudad a pie y no es tan grande.

—- ¿Y lo de Podemos?

Pues por un lado ya ves y por otro que quieres que te diga. A nuestras matriarcas les gusta más Errejón que Iglesias pero ellas solo influyen en el voto de nuestras elecciones y no en la Comunidad de Madrid. Además, lo de la división de la izquierda en este país viene de viejo, aunque en esta modernidad hay más partidos y candidaturas de izquierdas que grelos. Las luchas personalistas de los izquierdosos e izquierdosas gallegos me resultan patéticas.

—– ¿Y lo de Vox?

Esos son la ampliación del Hogar Social de Madrid, a donde iban aquellos que se autodefinían gritando…

—– ¡Somos los nuevos fascistas!

Se inspiran en el formato del neofascismo italiano, el llamado “Movimiento Casa Pound”, nombre que recuerda al poeta norteamericano Ezra Pound, el más entusiasta admirador de Mussolini. Ahora son los fans de Matteo Salvini, ese ministro que permite que la gente se muera ahogada en el Mediterráneo antes de abrir los puertos italianos a los buques de salvamento. Este neofascismo está germinando en el sistema político español y es muy peligroso, pero que muy peligroso. En Galicia, nadie los considera… pero el vocablo latino se pronuncia bajito, por si acaso.

—- ¿Y lo de Puigdemont presentando un recurso contra los colegas en el “ilegítimo” Tribunal Constitucional?

En mi tertulia de la aldea, sobradamente preparada para no hablar de política, nadie sabe pronunciar bien ese nombre y todos los que lo intentan es para ponerle loco de segundo apellido. Todos, menos Manuel, el más razonable, que no se explica cómo un hombre así puede ser considerado el heredero del Honorable Tarradellas, sobre todo teniendo en cuenta que su partido es el más corrupto de la historia de Cataluña. Manuel dice que tiene muchos cómplices entre la burguesía catalana.

—-  Anda que el PP…

Según pude ver el último fin de semana siente demasiado temor a verse en el futuro haciendo un pacto de Estado con el tal Abascal y el Boina Verde.  Eso de que, tras lo de Andalucía, Casado se ponga a la altura de Trump y permita el discurso con incrustaciones fascistas de Asnar… no parece que guste mucho ni a su militancia ni a algunos líderes de la formación popular.

A mí, desde luego, no me gusta nadiña ver a o noso presidente, mezclado con esa gente… en la foto de la convención nacional. Por lo que yo sé, Alberto Núñez Feijóo poco tiene que ver con esa gente.