galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

CARBALLIÑO, LA CAPITAL DEL PULPO.

      Cuando casi es verano, goza Carballiño de una especial atmósfera húmeda y de una temperatura ideal. El río, el Arenteiro, juguetón y saltarín frente al viejo Balneario, nos invita a seguir su trayecto hasta el Parque.

     Caminar siguiendo los pasos del agua en busca de la expresividad multicolor de la primavera es un placer que ya sintieron aquí los romanos, a donde llegaron atraídos por la antigua Partovia, ciudad termal.

     El agua del río, pura y saludable, es quien remueve toda perspectiva natural. Y el gran parque está poblado de  árboles de impredecibles raíces.

      Esta es la gran estética de O Carballiño. La postal de un espacio que se llenará de pulpo cuando aquí aprieten los calores de agosto.

 

    Pero verás. Esto del buen pulpo está muy vinculado a la historia de todo este territorio que en la Edad Media dependía de Oseira,  donde los monjes del Císter habían erigido su gran monasterio, al que aún llaman el Escorial gallego.

    En el siglo XVII se celebraba aquí una feria que llegó a superar a la de Cea y por este hecho, Carballiño pasó a ser el centro de todo el comercio comarcal. Es más,  recién estrenado el siglo XX se le concedió el título de “Municipio de Excelencia”, por “el progreso de su agricultura, comercio e industria…”

    Aunque hay quien dice que fue por lo bien que aquí preparaban ya el “pulpo a feira”,  superando incluso a los monjes cocineros de Oseira.

 

     Todo el mundo se pregunta por qué el pulpo es más exquisito en esta zona que en la costa y tiene su explicación: era el tributo que pagaban las gentes de mar al Priorato de Marín, también del Císter y dependiente de Oseira.

    En la costa no se le daba aprecio por la existencia de otras exquisiteces marinas pero en el interior era en el Medioevo el único sabor a mar que aquí llegaba.

    Con el paso del tiempo, Carballiño se convirtió en la “capital del pulpo” y su Fiesta es desde hace años de Interés Turístico.

    Por aquí se sigue diciendo con orgullo aquello de… “Para pulpo, pan e viño… ¡Carballiño!

 

        En realidad,  el viejo slogan gastronómico no hace más que resumir la hospitalidad de una villa de gran tradición balnearia y vacacional.

      Carballiño es el “templo del agua” que todo lo cura, lo que motiva un turismo de salud que se da cita durante todo el año. Así que, aquí se viene a tomar el pulpo, pero también las aguas.

      Por eso hay una Residencia que conocen bien muchos de nuestros amigos de América, porque en ella pasan siempre una parte de  sus “reencuentros” con la Tierra.

      Sin duda Carballiño es un lugar ideal para pasar unos días de descanso si buscamos sosiego.  Esa paz anti estrés que tanto precisamos en estos tiempos la hallaremos en su modernizado Balneario.

  

       Pero hay muchas cosas que ver y algunas muy curiosas. Por ejemplo el templo de la Veracruz, costeado casi en su integridad por emigrantes del municipio. Tiene una singular y magnífica arquitectura que nos conduce al mejor arquitecto gallego del Modernismo, el porriñés Antonio Palacios.

      A partir de los años sesenta, muchos carballineses fueron protagonistas de movimientos migratorios a América e incluso, algunos pocos, a Centroeuropa.

Este fue, sin duda, el hecho social más relevante de su historia. Porque si bien supuso la tristeza que produce siempre el éxodo,  trajo como contrapartida esa inicial riqueza que se precisaba para emprender el desarrollo.

      Quizá porque este fue un pueblo emigrante es ahora, a pesar de los tiempos que corren, uno de los lugares donde más se nota la presencia de la inmigración latinoamericana. Incluso encontrarás centros y organizaciones para que la ausencia no resulte una pesada carga a soportar en soledad.

      Nadie puede marchar de O Carballiño sin visitar la Iglesia de Banga y sus pinturas manieristas que se atribuyen a un clérigo salmantino buen conocedor de la escuela florentina, Bartolomé García de Bahamonde, llamado el “pintor de Banga”.

   

        Como decía,  el turismo vacacional es motivo importante de la actual prosperidad que vive este municipio de unos doce mil habitantes, que también es una realidad rural en sus 109 entidades de población, que se agrupan en 16 parroquias, lo que nos da una idea de su importancia en la provincia de Ourense.

       En el rural el sector agropecuario ocupa a una buena parte de la población, destacando sobre todos el cultivo del vino, que pertenece a la denominación de origen ribeiro. Incluso lo cultiva aquí el cineasta José Luís Cuerda.

       Claro que si Carballiño crece no es solo por su sector servicios sino también por sus industrias que, desde hace unos veinte años, ocupan a un quince por ciento de la población en varios polígonos, entre los que destaca el más antiguo, el de A Uceira, con una clara especialización maderera.

      

      Si puedes, este año no te pierdas la Fiesta del Pulpo el 12 de Agosto. Y si no te quedas satisfecho, al domingo siguiente tienes la de la Empanada.

      La gastronomía de Carballiño es toda ella exquisita, pero el postre supera todas las previsiones: las deliciosas cañas de sus afamadas confiterías.      

 

      Partimos en busca de la belleza del río Arenteiro y de su gran Parque Natural, desde el Balneario, frente a la cascada más característica de este tramo fluvial.

      Río abajo, descubrimos paseos deliciosos de ribera, que rodean el bosque-jardín, siguiendo el curso del río.

     Estamos en plena temporada de pesca y este es uno de los ríos trucheros más importantes de Galicia. Incluso en sus márgenes se ha asentado una importante piscifactoría.

     Siguiendo esta ruta descubrimos en Cabanelas un puente medieval y más abajo, pequeñas fervenzas de gran belleza, un auténtico paraíso escondido y por eso poco frecuentado.

     Finalmente, nos perderemos en la frondosidad del Parque de Carballiño, de gran riqueza forestal a lo largo y ancho de sus 36 hectáreas de extensión.

     El Parque Arenteiro y este gran Jardín, configuran el más importante espacio natural  diseñado de Galicia.