A MANU TAMBIÉN LE GUSTABA DIEGUITO
Lo mío con Maradona puede ser una historia de odio y amor, que ambas cosas siente uno más profundamente que ninguna otra. A decir verdad, nunca me resultó indiferente, para nada, pero tampoco comprendí esa pasión de los argentinos por el mito. Quizá porque no soy argentino, aunque tenga tantos amigos de allá que a veces hasta hablo en lunfardo, como me enseñara Marcelo Otero, mi colega de pibe. Hoy en esta sección junto al genio del futbol con el de la música, a Dieguito con Manu. Eso es como secar el Atlántico y unir Buenos Aires con Vigo. Manos a la obra, chicos, que nos conviene una sonrisa.