galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

ANXO PÉREZ, UN GALLEGO QUE SABE CHINO

 

        Paseaba yo el domingo tarde con mi amigo Manuel,  frente a sus ovejas,  cuando va y me dice:

        —  O que falla en Galicia é a xente. Si neste país en vez de galegos houbera cataláns sería unha maravilla…

        —  ¿Te refires a que non temos preparación ou capacidade para crear?

        —  A iso e mais a envexa que temos os uns dos outros…

        —  Boeno, na emigración parece que somos mais creativos e tamén solidarios…

        —  Non sei, pode ser. Pero aquí non…

       Algo de razón no le falta a Manuel, pero sí es verdad que el gallego, cuando está fuera de su tierra agudiza su ingenio y se vuelve mucho más generoso. Incluso valora más su país…

       —  Non che hai terra coma a nosa…

       Es el tópico favorito de mi amigo Luis Devesa cuando suda paseando Caracas

       Claro que esto de la emigración, el concepto emigrante, cambió mucho en esta modernidad en crisis, por eso quiero presentaros hoy a Anxo Pérez, un joven emprendedor nacido en Fisterra que aún anda buscando el lugar donde finaliza el mundo.

        Verás. Anxo domina ocho idiomas y es un lingüista experto que desarrolló su trabajo en Europa, Asia y Estados Unidos. Fue traductor de la ONU y sirvió de intérprete a,  entre otras personalidades,  Barack Obama.

       Normal, ¿No? Hay muchos intérpretes en la ONU, me dirás…

       Pues no. Porque Anxo tiene una formación tremendamente superior a la gente bien formada de mi generación, sin ir más lejos. Y lo demostró cuando fundó su empresa, que se llama “8Belts”, para poner en práctica un método que te permite aprender chino mandarín en cinco meses

       Anxo cuenta así los comienzos…

       —-  Todos los miembros de “8Belts” hemos conocido de cerca la frustración que se siente cuando las horas de estudio son muchas y los resultados pocos o nulos. Esta frustración se ha convertido en la motivación que nos ha llevado a examinar qué hace que los sistemas tradicionales no sean eficaces.

        Su empresa es española y está formada por un equipo multidisciplinar de jóvenes españoles y chinos. Anxo es el director y se propone derribar los miedos al estudio del idioma chino, esa creencia generalizada de que es una lengua muy difícil de aprender, prácticamente imposible.

        —- No hay malas formas de aprender, sino formas mejorables de enseñar… Hemos trabajado durante cuatro años con la ilusión de crear un proyecto de enseñanza del idioma chino mandarín que fuese sencillo, útil, sólido y, sobre todo, centrado en la eficacia.

       Durante ese tiempo Anxo Pérez ha trabajado con otros lingüistas expertos en chino, pero también con matemáticos, ingenieros y hasta con guionistas de cine.

      “8Belts” garantiza a sus alumnos que en cuatro o cinco meses podrán defenderse en chino hablado si mantienen un ritmo de aprendizaje de 3 frases al día y una dedicación de 30-45 minutos diarios.

      Lo curioso es que la metodología se lleva a cabo íntegramente por Internet a través de 8belts.com, y combina el autoestudio con sesiones de conversación individuales con nativos chinos.

     Anxo lo explica:

     —- Es una ruta de estudio. El alumno a lo largo de su ruta ha de ir avanzando y consiguiendo cada uno de los ocho Belts o cinturones, nombre con el que  representamos cada nivel de destreza en el chino. La ruta se desarrolla en un entorno lúdico, ambientado en la cultura china, en el que el alumno es guiado virtualmente por el Sabio Ling, el cual cuantifica todo su progreso  y se las ingenia para engancharlo y motivarlo. Porque el método te engancha.

     Anxo Pérez es más que un chico listo y estudioso,  porque en nada se parece al típico chapón que todos hemos tenido como compañero de estudios. Y es que… ¡Fíjate!

     Este joven fisterrán ha entendido que China es el país de más peso en la economía mundial no ahora, sino hace un lustro. Supo desde un principio que hay un sinfín de jóvenes que tienen que mejorar su currículo añadiendo idiomas, en plural, si quieren tener futuro. Y acertó cuando consideró que el saber chino es un elemento laboral diferenciador. Saber inglés, ya no basta.

     —- Entre nuestros alumnos hay también empresarios con negocios en China…

     Y hablando de solidaridad. La empresa de Anxo Pérez tiene un componente social. Parte de los ingresos recibidos de las cuotas de todos sus alumnos son destinados a la creación de becas para niños de un orfanato en Chongqing, en el interior de China.

      Cuando le conté a mi amigo Manuel la historia del joven Anxo Pérez, solo dijo…

     —- ¡Carallo pro chaval!