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ATRACO ENERGÉTICO A UN PENSIONISTA

Por José Antonio Perozo

Antonio sacó del sobre la factura de Naturgy, la compañía que le suministra el gas y la electricidad. Por la impresión recibida tomó asiento en una silla temiendo los golpes del corazón en el pecho. Bebió unos tragos de agua y trató de serenarse esperando la desaparición de la arritmia. Antonio es pensionista y vive solo en una vivienda unifamiliar. Pertenece a esa legión de personas que han luchado por construir un mundo mejor desde las trincheras contra la dictadura, la edificación de la democracia y el fomento del bienestar universal. Su beneficio particular es la ajustada pensión que le corresponde por ley y por justicia.

El susto provocado a Antonio vino de la facturación energética del mes de agosto, cuyo hogar permaneció cerrado durante diecisiete días. Sin embargo, por “consumo estimado” de gas y electricidad le pretenden cargar 527,83€, IVA incluido, casi el cincuenta por ciento de su pensión. Antes del saqueo de las energéticas, Antonio pagaba de luz unos 60,00€ mensuales y ya había dejado prácticamente de usar el gas gracias a la instalación de placas solares en 2006. Presa del temor, a medida que reducía el escaso consumo habitual, veía como aumentaba la facturación hasta llegar a 110,00€ en el primer semestre del 2022, dentro del sistema regulado. ¿Por qué lo han transferido al sistema libre? Lo desconoce, aunque haya comprobado que su compañía, Naturgy, aparentemente ofrece una de las tarifas más ventajosa del mercado libre. Aun así le estiman un consumo de luz que asciende a 208,39€ casi el 100% de aumento. ¿Cómo se alcanzan los más de quinientos euros?

La factura es diáfana, esto es, el atraco se realiza con transparencia. Le cargan 32,22€ por no utilizar el gas. De consumo de electricidad le estiman 190,41€ (sin revisar el contador), de términos de potencia 17,98€ (un subterfugio esotérico), financiación del Bono Social (la caridad obligatoria de las compañías) 1,36€, impuesto eléctrico 2,21€, dos seguros, que nadie ha contratado -para mantenimiento de caldera, electrodomésticos, red, etc.- 20,52€, alquiler de contadores 1,72€, IVA 29,19€. Y la madre del cordero, un cargo de 232,22 € más IVA correspondiente al Mecanismo de Ajuste Real Decreto Ley 10/2022. Sume usted.

Para clarificar esta última y escandalosa cantidad, Antonio llamó a la compañía y la respuesta de la amable señorita fue que “se trata de un impuesto del Gobierno”. No supo o no quiso dar más explicaciones. ¿Estaba mintiendo? ¿Cómo se calcula el mecanismo de ajuste y a dónde va ese dinero? El perjudicado logró saber que “es la diferencia entre el precio del gas del mercado menos el precio del gas de referencia que marca el Gobierno dividido entre un coeficiente de eficiencia del 0.55. Como resultado de esta fórmula se obtiene el ajuste que se les pagará a las centrales que generen electricidad bajo este mecanismo”. Así, sin una coma. Esto es, el Gobierno trata de rebajar las facturas por un lado y las compañías lo incrementan por otro de dudosa legalidad.

Naturalmente el banco de Antonio ha devuelto el recibo por falta de fondos. La angustia del pensionista, que nunca ha necesitado instalar aire acondicionado y utiliza calefacción de leña, teme volver al candil de aceite de su infancia, a ver la televisión en el bar de la esquina, a cargar el móvil en el local social… porque le han dicho que dos recibos impagados es motivo de corte de luz y gas. Y parece que la broma puede prolongarse durante todo el año veintitrés. ¿Dónde reclama?

JOSÉ A. PEROZO