galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

COMO RECORTAR EL PARO

Hay que transformar el campo yermo en una leira productiva…

Las horas ilegales son una lacra más que añadir a los inconvenientes del sistema laboral donde los empresarios son los amos y los trabajadores sus esclavos.

Algunos de mi aldea te contarán que el paro les devolvió al campo. Ahora son labradores de cosecha propia, de los que cultivan para subsistir. Incluso te dirán que ellos son unos tíos/tías con suerte porque tienen una leira para plantar grelos, repollos, berzas, coliflor… los frutos de invierno con los que hacer un caldo de esos que matan el hambre, si le echas un poco del cocho que sacrificaron allá por el San Martiño.

Ellos y ellas, mis vecinos, ya no hablan de política y les importa un carallo quien gobierne esta España inmovilizada. Son pintores, albañiles, carpinteros, mecánicos, electricistas… gente de bien, con oficio, pero sin beneficio; salvo dos que se fueron a trabajar a Suiza. 

Mi aldea no precisa ministerios del tiempo para regresar al pasado. Lo está sufriendo por tercera vez y a mí me sale la rabia del alma, cuando me encuentro a un padre jubilado como yo y me cuenta que a su hijo tampoco le sirvió la carrera para evitar la emigración, como él creía.

¿Qué es muy fuerte? Lo sé, lo sé. Pero real, cuenten lo que te cuenten la señora ministra del desempleo y sus colegas de la Xunta.

Sin embargo, hay algo más indignante que te revuelve el estómago cuando manejas los datos que te facilitan el propio ministerio, los institutos de estadística, la SS, los sindicatos… Son los números del trabajo en Galicia; comenzando por ese doce por ciento de buscavidas que ya se han cansado de buscarla y siguiendo por el hartazgo de los explotados por unos empresarios avariciosos que bien pueden catalogarse en el censo de traficantes de esclavos.

El paro no es un mal endémico en esta Galicia del siglo XXI. Es un invento empresarial y político que permite que la gente huya despavorida ante las ofertas de empleo que ha recibido. Enumero algunas:

—- Contrato de formación para trabajar como cualquiera cobrando menos del mínimo.

—- Contrato a tiempo parcial por la mitad del salario y trabajando el total de la jornada.

—- Contrato temporal con salario mínimo y trabajo a destajo.

—- Contrato “por obra” con sueldo de “pinche”, de esos que lo tomas o lo dejas.

—- Sin contrato y “a ver cuánto eres capaz de ganarte en tres meses, luego hablamos”.

Ahora el “mileurista” de antes es una especie en extinción. Los trabajadores han visto como se les recortaba el sueldo y sus derechos elementales, mientras las empresas, las grandes, las medianas y las pequeñas –no confundir con los autónomos- declaran beneficios millonarios y así lo reflejan con orgullo en sus cuentas públicas.

Esta gente da asco. Me recuerda los tiempos de Franco cuando Fausto cantaba aquello de…

—- Uns van ben e outros mal. Así se faze Portugal.

En la España de entonces, la mayoría, ni siquiera cantaba.

Pero ahora, esta democracia te permite por lo menos cantarle las verdades al lucero del alba, aunque…  por mucho que cantes, esos genios que dirigen nuestra política no te harán ni caso.

Y los empresarios… ¡Esos se reirán de ti!

Pero si crees que ya te he contado todo por hoy, espera a conocer este titular…

—- Las horas de trabajo ilegales equivalen en Galicia a 18.000 empleos. Uno de cada siete asalariados del sector privado sobrepasa la jornada máxima permitida.

Absolutamente cierto y así lo reflejan las estadísticas laborales: durante el pasado año se realizaron en el país 655.286 horas ilegales y eso, calculando una jornada media de 36 horas, equivale a 18.254 empleos.

Otro dato de los que levantan ampollas es este: si todas estas horas ilegales pudieran convertirse en puestos de trabajo recortaríamos un siete por ciento el paro registrado en el Servicio Público de Empleo.  Nada menos.

Las horas ilegales son una lacra más que añadir a los inconvenientes del sistema laboral donde, en la actualidad, los empresarios son los amos y los trabajadores sus esclavos.

(Un inciso: yo no sé muy bien si por ejemplo Inditex y su rico mayor accionista están por la labor de crear empleo en este país, cuando hace unos ocho años se llevaron su producción a Asia, arruinando a miles de personas que trabajaban cosiendo para sus marcas; también lo hacían sin contratos y sin las mínimas garantías laborales…)

La suma de lo que supondría la supresión de las horas ilegales y la restitución de puestos al sector industrial nos permitiría bajar el paro en Galicia a menos de un 5%.

Las previsiones del gobierno gallego son de crecimiento, sin embargo, para nada se cita la manera de acabar con las ilegalidades y los abusos empresariales. De hecho, el mayor recorte de empleo público en el país se llevó a cabo en la Inspección del Trabajo. ¡Así estamos!

Xerardo Rodríguez