galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

DARÍO RIVAS, EL HINCHA.

PASION POR EL CELTA

        ¿Puede el futbol sustituir a todas las pasiones del hombre? Dicen que eso ocurría antes los domingos tarde, que ahora nunca sabes cuándo será el partido que esta semana jugará tu equipo, porque es la tele quien marca día y hora, que para algo paga.

         Me estaba preguntando yo como sería este negocio al principio, cuando la tele no pagaba tres cuartos de cada presupuesto y hallé la respuesta al descubrir en el Faro de Vigo a Darío Rivas, el hincha, celtista de toda la vida, de los que van siempre al estadio pase lo que pase.

          Bueno, menos cuando lo que pasa es que te vas del país para matar el hambre, aunque el ganado se encuentre a doce mil kilómetros y de pequeño escuchases en la radio aquella canción…

          —- Al Uruguay, guay, yo no voy, voy, porque temo naufragar…

          Uruguay fue su segunda patria durante dos décadas y pico,  y Peñarol su equipo después del Celta. Darío Rivas es un personaje único porque a sus 82 años recién cumplidos sigue repitiendo trayecto, aquel que inició en 1948 para ver a su equipo…

           —-  Desde Ribadesar, en Rois,  tardabas 45 minutos a pié en llegar a la Esclavitud. El viaje en tren duraba tres horas pero era muy animado porque los vagones venían llenos de celtistas. Salías de casa con frío y al llegar al estadio hacía calor…

          Por lo visto, es una especie de enciclopedia céltica. Sabe todas las alineaciones y recuerda hasta las fechas de los momentos históricos de su equipo, como aquella final de la Copa de 1948 en la que “debió de jugar Hermidita en vez de Gaitos porque este no soportaba el calor”. De Hermidita se hizo amigo y recuerda que comió con él pocos días antes de su muerte…

          Pero a mí me interesa saber de qué parte del cuerpo sale esa pasión por el fútbol y resulta que, según Darío, de los ojos:

           —- De niño quedaba pasmado ante el envase de una caja del “Betún Celta”, que tenía pintados un jugador y un balón…

           Y ahora que está jubilado, como sabe tanto de fútbol también critica al entrenador “que hace tarde los cambios” y si hace falta le dice al director deportivo “a quien hay que dar la baja la temporada que viene y a que futbolista uruguayo debería de fichar”.

           Cuando el periodista le recuerda que hace unos días falleció el último de los históricos de aquel su equipo, Mekerle, Darío le cuenta:

           —- Ramallets le debía mucho a Mekerle. Porque fue él quien lesionó a Velasco, que era el portero titular del Barsa. Gracias a aquella lesión debutó Ramallets.

           A Darío Rivas no le cuesta hablar de fútbol y menos de política: critica al Rey y se declara republicano. Pero cuando le preguntas por su éxodo, entonces la emoción pone su vello de punta…

            —- Partí de Vigo en barco el 26 de Agosto de 1955. Cuando aún desde Cíes veía la ciudad pensaba que ya no volvería nunca. Por eso ahora, cada 26 de Agosto, todos los años, tomo el barco en Cangas y miro hacia el oeste para recordar mis trece años en Uruguay y otras dos décadas en la Argentina.

             Es un crack con tres nacionalidades, uruguaya, argentina y española. Cada vez que juega el Celta en Balaídos hace todo un periplo: conduce su coche hasta Padrón. Va en tren hasta Pontevedra. Desde allí, en autobús, a Bueu, donde están sus amigos. Luego cruza en barco de Cangas a Vigo y antes del partido aún hace una pausa en el Bar del Puerto.

             Hace un par de meses le pusieron un marcapasos… Pero parece que se lo pusieron muy bien.