EL CICLO DE LA VIDA PRÓXIMA
El niño mantiene cerrados sus párpados porque no conoce aún el paisaje del día; pero, en este marco de incertidumbre ya trata de tocar la vida.
Llega a este mundo entre rosas y lirios. Entre la dulzura de aquella música soñada de arpas y violines que es el dulce pecho de la madre; y la de la guitarra distorsionada de la confusión hospitalaria, donde la vida y la muerte libran la gran batalla.
Crecerá, como la montaña, buscando la armonía en un paisaje de esperanza, para internarse más tarde en el bosque de las ilusiones perdidas.
En los tiempos difíciles descubrirá el amor, y conquistará de nuevo el país de los sueños para vivir amando intensamente, feliz, como aislado de la discordia del hombre. Y disfrutará de las bondades de la Tierra, ya de viejo, escarbando entre los reumas, colesteroles y transaminasas, para buscar la energía que lo conduce hasta el espectáculo final.
Mientras todo esto va ocurriendo, las palabras de las edades marcan las horas de la vida, que baila con todo lo que nos resulta próximo en la ciudad o en la ciudad dormitorio.
Así el niño se sube al sol para dialogar con los pájaros del parque. El joven descubre en su volcánico entusiasmo la brasa del primer amor. Y el anciano encuentra sobre la hierba la ternura y los regalos del alma.
Este es el ciclo de la vida más próxima: nacemos, crecemos, vivimos, amamos, disfrutamos, y, finalmente, descansamos en el mismo lugar fulgurante donde se termina el día…
En este mi país hasta la muerte es única por hermosa; y por eso también le rendimos culto.
Esta es la inequívoca biografía de cualquier ser humano aquí nacido
NACER
Ayudar a nacer. Curar la enfermedad. Luchar contra la muerte. Es la grandeza de la medicina, uno de los campos que más ha avanzado en la Galicia del siglo XXI. Hay en este país más de medio centenar de centros hospitalarios, públicos y privados, de los que 15 son grandes complejos encuadrados en el Servicio Galego de Saude. En ellos vienen al mundo alrededor de 25 mil nuevos gallegos cada año. En sus instalaciones, nacer es un placer para el bebé y para las madres una garantía de éxito. Pero, en estos tiempos… ¿Será verdad que los niños traen un pan bajo el brazo?
CRECER
El Instituto es la escuela de enseñanzas secundarias, donde se estudia el bachillerato. Hay en todo el país casi cuatrocientos de estos centros. Esto supone llegar a la totalidad de la población, alrededor de trescientos mil alumnos.
Pero cuando la joven o el joven se matricula en el Instituto inicia un ciclo que en su vida significa algo más que su propia formación: es el paso de la pubertad a la adolescencia… Durante este tiempo afloran los problemas juveniles. Padres y educadores se enfrentan al reto de la difícil comprensión de hijos y alumnos, cuyas almas se han llenado de rebeldía social.
Sin embargo, los estudiantes, quinceañeros, vivirán en torno al Instituto lo que serán los momentos inolvidables de su vida. Porque crecen su cuerpo y su mente.
AMAR
“O primeiro beixo é un beixo longuísimo.
Aloumiño impausado gutural e branco, mesmo ate deixalo asomar liquidísimamente ás comisuras frescas da boca rosa. Lene paz fluidamente suculenta.
Co pracer morno e a textura incrible.
Donda paz exquisita de dimensión gorentosa…
¡Qué seda branca acougada bicando con suavidade as paredes ávidas da gorxa!”
(Yolanda Castaño)
Tres universidades. Siete campus. En ellos casi cien mil gallegos acceden a estudios superiores para obtener titulaciones de todo tipo. Hacer una carrera es el objetivo para luego encontrar un trabajo.
Y enamorarse. Y casarse. Y así, seguir el ciclo de la vida.
Casarse en Galicia cuesta lo suyo. Trajes y banquetes son lo más caro. Hay muchas formas de casarse. Por lo civil exclusivamente o también por el religioso. En la actualidad casan tanto los curas como los alcaldes… Estos últimos y los jueces, también celebran matrimonios gays. Aquí ya no hay nadie en el armario.
DISFRUTAR
Están ya en el invierno de la vida y se merecen disfrutar de todas las sencillas cosas que nos ofrece la Tierra. De una jubilación gozosa y de toda suerte de servicios en cualquier villa o ciudad. La Galicia del siglo XXI se pone al servicio de nuestros mayores… En la urbe o en el campo, todos conviven hoy con dignidad.
En las residencias y los hogares especialmente creados para ellos, reciben atenciones médico-geriátricas y además, les organizan todo tipo de actividades para su especial disfrute. Desde excursiones a bailes, e incluso vacaciones organizadas mas allá de Galicia.
Conocer el país y disfrutarlo es la justa recompensa por habernos entregado lo mejor de sus vidas.
… Y PARTIR
Meigas, trasnos e diaños. Santas compañas. Espíritus misteriosos que se aparecen en los atardeceres de niebla. A los gallegos nos fascina la muerte y cuanta leyenda la rodea. Por eso le rendimos un especial culto.
El miedo al Más Allá. El respeto por los muertos. Los recordamos de mil formas y con cien visiones diferentes. Los queremos, les rezamos, les respetamos.
Por eso los cementerios de Galicia son especiales. Los hay de ricos y los hay de pobres. Incluso de diseño, como el que en Fisterra mira al mar y nadie quiere reposar en él, “a pesar de las vistas”.
La muerte tiene también su buen humor postrero. En las lápidas de las sepulturas:
“Aquí estamos nós, esperando por vós”.
Y tiene amor:
“Aquí descansa unha muller que nos encheu de querer”.
Y sentencias:
“El término de la vida aquí lo veis, el destino del alma según obreis”.
También tiene la muerte su malhumor para los familiares. Porque aquí, morirse es igual de caro que casarse. Y también hay entierros de ricos y entierros de pobres.
Pero, irremediablemente, con Santa Compaña o sin ella, al final del trayecto nos reencontraremos todos, por los siglos de los siglos.
Amén.