galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

EL CONDADO DE O PARAMO Y TIERRAS DE LUGO

«… Al paso, el interior se viste de una vegetación multicolor en la que predomina un tapiz verdoso con maravillosas degradaciones en los crepúsculos. La luz obtiene de esta naturaleza colores irrepetibles: el azul limpio del verano, el gris plomizo que trae lluvia, el rojo gastado de las largas puestas de sol y el cárdeno premonitorio de las tormentas. Todos estos colores forman parte de una atmósfera cambiante que matiza la perspectiva y no hiere a la vista gracias a la bruma mansa que empapa la tierra”. (Xosé Ramón Barreiro).

Los ríos, los grandes y e incluso los regatos pequeños, provocan aquí un paisaje en verde y agua con ritmo de calma, que generan un entorno magnífico cuando besan esta tierra de leyendas y de misterios divinos en el escondido espacio encantado. Te invito a subir hoy conmigo al Pico Grande y desde allí alcanzar en O Páramo los inimaginables paisajes que busca el peregrino a Compostela cuando pisa la ruta de los templos. Pero te anticipo que ya es imposible algún recuentro que perseguía esta vez…   

MI RECUERDO DEL ALQUIMISTA

Aquel día de septiembre fui a O Páramo, procurando la sombra del Pico Grande para ver como ascendían a su cielo cárdeno los cúmulos-nimbos y las tormentas huían de los peregrinos para no molestarles en su apresurado caminar.

Los peregrinos aparecen por aquí incansables. Vienen por la senda que proviene de Francia y se proponen llegar a Compostela sin prisas, de ahí que les entretenga contemplar, con ojos de sorpresa, este paisaje único, el que alcanza la mirada desde la depresión de Sarria hasta Paradela.

A poco que inicies una conversación con cualquiera de los que convierten en universal el trayecto, te darás cuenta de que estás en una ruta de cultura común, de múltiples acentos, de fe e incluso de devoción… pero también de encantos naturales únicos.

Yo conocí al alquimista que buscaba tierras y piedras de colores en el Pico Grande para, por puro placer, vestir de arte su casa de aldea. Dibujaba su mundo con la arena que pegaba a la madera con elementos naturales. Era un personaje consustancial con este lugar mágico. Era el hombre más sencillo que conocí.

—– Mi vida es campesina: como los alimentos que cultivo; procuro agradecerle a la Naturaleza lo que ella me da…

Ahora me resulta imposible olvidarlo. Por eso me detengo a contemplar todo lo que le rodeaba: ese verde posándose sobre el otro verde, mientras el horizonte de la montaña me envía, otra vez, el preciso halo espiritual necesario para comprender el arte del alquimista. Si te fijas, sigue emergiendo del encanto del paisaje.

Recuerdo aquel día de septiembre cuando, al dejar atrás la soledad de aquel hombre, contemplaba en el espejo del agua todas sus ideas perfectas, las mismas que asombran aún hoy a los caminantes.

Aquella primera vez que recorrí O Páramo del más verde Lugo, donde la Ruta Xacobea se enriquece con la diversidad, aprendí que es la Naturaleza tu mejor compañera. El peregrino camina en soledad porque logra la perfecta comunión con el paisaje, en el espacio más bello del trayecto más hermoso, en el que, además, renacen las leyendas, las historias de los pueblos sumergidos y los cuentos del medieval camino.

Aquí, en O Páramo, el paisaje nos persigue a todos. El camino de piedra y tierra va de pazo en pazo, entre joyas románicas que sacralizan el entorno y la admirable torre que ocupó nuestro único Mariscal Pardo de Cela.

Vayas donde vayas hallarás muestras de belleza en la diversa naturalidad. Por algo forma parte de la gran Reserva de la Biosfera, que así fueron declaradas por la UNESCO estas Terras de Lugo.

LA GRAN RESERVA

“El tiempo de los ríos se cuenta en leguas, no en años” (Ánxel Fole)  

El río Miño, a quien Vicente Risco concedió la paternidad de todos los ríos gallegos, centra uno de los territorios naturales de mayor vida de la Galicia interior, al que la UNESCO distinguió como “Reserva de la Biosfera”, como te decía. Terras de Lugo abarca toda la cuenca miñota, desde que nace oculto entre las fuentes el Pedregal de Irimia y a lagoa de Fonmiñá, hasta bien pasada la ciudad de Lugo, antigua capital de la Gallaecia.

Asimismo, la Reserva integra los mas interesantes cordales montañosos del centro de la provincia, -como la Serra do Xistral o el Pico Grande-, que dan origen a ríos menores y lagunas misteriosas, en una extensión que supone nada menos que la mitad de la provincia lucense y numerosos municipios, entre los que se encuentra O Páramo.

En la Reserva Terras de Lugo viven 160.000 personas y lo que se intenta es que se integren en un proyecto que fomenta un desarrollo económico ecológicamente sostenible y cultural.    

Ríos y montañas son el núcleo donde se atesoran los ecosistemas más valiosos: riberas y turberas, respectivamente. Paisajes de agua. De agua por todas partes están hechas las insuas, islas de río adentro. De agua en nubes se alimentan las turberas de las sierras. En las zonas de transición donde se concentra la población, las actividades agrarias armonizan el paisaje y las estampas campesinas.

Te daré algunos apuntes más concretos de O Páramo para tu visita. Es tierra de montaña; una sierra y un territorio organizado en torno a las cumbres suaves que caracterizan su relieve topográfico. El Miño le sirve de límite por la parte occidental y a él van a desembocar los pequeños ríos que nacen en las estribaciones de la sierra.

Las primeras referencias de su historia las encuentras en Santo André de Ribeira, en donde se produjeron los más importantes hallazgos arqueológicos, con túmulos megalíticos y abundantes castros.

En el Concilio de Lugo, en el año 569, se cita a este territorio como en el Condado Paramiensis, pero O Páramo ha vivido más importantes páginas de su historia vinculado a Sarria y al Rey Alfonso X.

Si te interesa el arte románico encontrarás en este municipio verdaderas joyas. La iglesia de San Salvador de Vileiriz conserva el ábside original. En las de Friolfe, Grallas, en Gondrame y en Vilarmosteiro hay otros ejemplos.  

Abundan los restos de torres medievales, como la del Mariscal Pardo de Cela que también anduvo por aquí, la de Trebolle o la de Barreira. Y dentro de la arquitectura paciega hay que destacar el magnífico Pazo de Neira.

O Páramo es obligada visita para buenos pescadores. El Miño, el Sarria y el Neira son ríos trucheros y como te decía antes, para los amantes de la naturaleza todo el municipio es un gran espacio natural de hermosos paisajes.

En cuanto a la gastronomía te aconsejo sus excelentes carnes: esta es tierra de ganaderos y jóvenes con iniciativa capaces de buscar nuevos horizontes. El chuletón de buey es exquisito…

Xerardo Rodríguez