EL ENTROIDO DE LOS LIBERTARIOS
A ti, amigo anónimo, seguidor del tuyo Cid y no de mi Breogán; a ti que usas tan mal usada la lengua de mi madre; a ti que te escondes para decir lo indecible de las personas de las que todo lo ignoras; a ti que aprovechas tu ignorancia para escribir sentencias; a ti que presumes de progre y te has quedado quieto parado en el siglo XX; a ti que nunca te has atrevido a saltar la hoguera de las vanidades ni en el día de San Xoan…
A ti, precisamente a ti, protagonista diario del carnaval de la vida, dedico esta canción que nos legó Celia Cruz a los “latino-gallego-americanos”.
Espero que tú, como yo y como tantos otros, sientas la necesidad de hermanarte con los que sufren las consecuencias de este momento político y dejes de jugar a ser el eterno aspirante a concejal de tu partido… ese donde todos te ignoran.
Ten la valentía de escalar Trevinca en busca de la libertad de los libertarios y cuando la encuentres, llámale al carnaval Entroido y vente con nosotros a bailar hasta la alborada.
A ver si me entiendes. Tú no estás hecho para esconderte tras el estandarte de la estrella azul. O Creo. O espero. O sueño…
Tu eres joven y lo único azul que posees es tu sangre vista a través de tu piel…
La manifa, el estandarte, los discursos, esa cantinela que no es tu himno, la fiesta-mitin es… es el Carnaval de sus vidas.
Piensa y verás cómo lo tuyo, amigo anónimo, es el Entroido…
Es decir, el Carnaval de los libertarios.
Xerardo Rodríguez