galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

EL MAR DE AROUSA

Por el norte, la calma de la Ría de Arousa busca refugio en la ensenada de O Grove. Por el sur, el Atlántico abierto al horizonte azul y verde, envía olas de amor. Y en el istmo, especies únicas pueblan un espacio natural, sobre el que un bello paseo nos permite admirarlas y disfrutar de un entorno único. A Lanzada, ría- mar- playa, es uno de los mayores alicientes de esta costa luminosa que persiguen surfistas, bañistas y amantes de la naturaleza más viva, para perderse en la cresta de una rumorosa ola, para sumergirse en las aguas atlánticas de intensa policromía marinera o para simplemente respirar el viento nordés en este mar de Leyendas.

Lo preside todo Nosa Señora, salvando náufragos y curando meigallos desde su ermita, que mandó construir el Obispo Sisnando en el año 952. Este lugar tiene misterios ocultos y perviven en él muy antiguas creencias que se manifiestan cada último domingo de agosto.

Es, entonces, romería tradicional en el más bello entorno. Tarde-noche de fiesta hasta el amanecer: la hora “meiga” para que la mujer madura tome el baño de las nueve olas, el baño de la fecundidad…

Fé y leyendas mil se reflejan en el espejo del mar, abierto hasta el horizonte, para que lo naveguen los marinos de  Noalla, curtidos en mil y un apuros de los que salen por la gracia de su virgen…

Y para el escéptico viajero, el punto y final son las horas mágicas de atardeceres de fuego que tiñen todo este espacio marinero.

NAVEGANDO ENTRE ISLAS

Sube a bordo. Desde el pequeño puerto de San Vicente do Mar te prometo un paseo feliz navegando con calma por un mar lleno de vida y por aguas tranquilas de ría que bañan playas serenas. Iremos de isla en isla, procurando los placeres del mejor marisco, el baño termal, la saludable partida de golf, o el simple paseo por el espacio natural protegido. De isla en isla, por la Ría de Arousa, descubrirás mares de oro y plata, según la luz sea la de la mañana o la del bello crepúsculo.

Porque el Mar de Arousa siempre tiene una luz especial: en esta Ría la sombra estalla hacia el sol dibujando un dorado horizonte de islas. Y hay islas para todos los gustos: con lujos turísticos o simplemente habitadas por gentes de nobleza marinera… Islas que son playa o islas de verde espacio… Islas dunares, islas salvajes, islas urbanizadas… Te cuento.

A Toxa es una isla de ensueño, un territorio humanizado por lujosos hoteles y grandes áreas balnearias. Es la isla del golf, de las piscinas con salitre de mar, de los jardines románticos y de largas jornadas de sumos placeres.

La de Arousa es la Isla por excelencia. La más grande y habitada: Emerge de la Ría, entre espacios verdes protegidos, los de Punta Carreirón, y arenas solitarias. Tiene la fuerza del pasado, forjado en el esfuerzo de sus hombres de mar. Y es vida en el presente, que convierte aquellas lágrimas en oro y diamantes que brillan sobre el espejo del agua. Esta Illa es la perfecta conjunción de la humana fuerza y la vida a pie de naturaleza. Y crece buscando nuevos horizontes.

Cortegada parece un territorio por conquistar: preside el encuentro del Ulla con el Atlántico. Se refugia en la leyenda de sus más antiguos habitantes, soldados de ejércitos fantásticos que la protegían. Una isla verde que alimenta todo tipo de flora, sobre la que el viento, suavemente, desliza un canto de sirenas que llega desde otra isla.

En Sálvora la roca perdió su carácter solitario y su condición de nido preferido por las aves marinas. La pequeña playa está envuelta en el rumor de ninfas cantoras que esconden legendarios tesoros ignorados. La isla, Parque Nacional al igual que Cortegada, espera paciente, día a día, la llegada del velero de la vida. Será cuando los vientos desvíen hasta aquí al navegante solitario que ha de besar a la pétrea sirenita, compañera silenciosa de cormoranes y paínos.

Además, en esta Ría de Arousa siempre nos quedará una isla-duna para detener el tiempo. La llaman Areoso, en masculino. Sobre su lecho de arena prefiere cuerpos desnudos, aunque es muy tímida y no es fácil de ver porque se esconde en medio de las verdiazules aguas marinas…

Y cuando el sol se pone, estés donde estés, el agua se vuelve oro…