galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

ESTAMOS CHEGANDO AO MAR

Cuando amanece en el puerto la sombra duerme y sobre la bahía cabalgan pequeños barcos marisqueros que vienen de regreso. Es este, de la mañana, un mar de acuarela en el que el sol dibuja estrellas de oro. Te invito a que subas a bordo y vivas la experiencia marinera de mi gente feliz, aquella que imita a sus ancestros y viene de o va a… ¡Navegar!

El paisaje es espléndido y estos barcos traen a bordo las exquisiteces de la Ría, los sabores que dan gloria y fama a la gastronomía de Galicia.

En las rías nacieron los más viejos marineros de la estirpe marinera gallega, acostumbrada a tener como techo la bóveda celeste, que a veces manda lluvia y otras incendia aguas de verano.

Tienen nobleza en el alma, estos hombres de arrugada piel y rostro sereno, curtidos en barcos de tan vieja arboladura como la antigua dorna… que fue primitiva embarcación de este mar sereno: una barca xeitosa, capaz para capear el temporal.

Hoy no canta el viento, que el barco es moderno y a motor. Pero a bordo encontraremos siempre la misma estirpe, principal protagonista de la marina otoñal que contemplamos; los dueños absolutos de todo cuanto existe sobre las olas que van y vienen contra las bateas, para finalmente deshacerse en la playa desierta.

Navega, esta vieja generación marinera, para seguir viviendo, que navegar es indispensable, y solo navegando se encuentra el lugar de la ría donde se oculta la centolla, la nécora, la vieira, el mejillón, el pulpo, la lubina, el rodaballo, el rape… Los sabores, en fin,  de estas rías que son la vida.

También ha subido a bordo una generación emigrante que hasta aquí ha navegado para evitar miserias, atravesando el gran océano en un velero de sueños. Son marineros de aguas calientes cuya historia está escrita con tinta de calamar en el Pacífico. Y son historia repetida para los gallegos de rol y macuto, aquellos cuyos vagamundos antepasados llegaron al antiguo puerto del Río de la Plata.

Y ahora, aquí los vemos, todos a bordo de un mismo barco para procurar los sabores del mar de nuestros placeres…

Navegan juntos por la ría de la convivencia, que es el mar de todos.

Xerardo Rodríguez