galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

ETNOGRAFIA EN LAS RIBEIRAS DEL NAVIA

Si sigues el curso del río Navia, desde que nace en Ancares hasta que se ahoga en el Cantábrico asturiano, recorrerás un trayecto con sabor a aldea vieja, de casas de ladera. Te sorprenderán lugares propios del duro paisaje montañés, que son los más distantes del núcleo parroquial.
Se asentaron entre nieves de invierno y flores silvestres de primavera, en territorio quebrado; mismo al pié de montañas que fueron fracturadas por los cataclismos geológicos.
Son hogares de techo de pizarra que escalan la pendiente de vértigo cerca del árbol sagrado nacido en souto que desafía precipicios.
Pequeñas haciendas que conservan, al menos, una de las cien pallozas que en tal lugar ocuparon los campesinos «zoelas» o los ganaderos «albiones»; galaicos pueblos de la prerromana época, asentadas en el territorio más amplio de toda la cordillera. Son muestra, -estas pallozas- de un pasado de ingenio de subsistencia en la gran montaña; en aquellos tiempos en los que lo único posible era subsistir…

A pié de río, en el valle profundo, se asientan, sin embargo, pueblos de campos de maíz y amplias praderías, de iglesia parroquial y cruceiro; de tierras cultivadas con aperos de labranza de diseño.
Están próximas al molino que mueve el agua del río pequeño, que aún muele por placer de molinero anciano.
Y también junto a la ferreiría, que Asturias fue de hierro de minas en medio de los bosques frondosos; y hasta Galicia también llegaron los monjes del Císter, los primeros maestros de aquel arte de moldear el hierro.
O junto al Mazo, artilugio movido por aguas rebeldes de regato impetuoso, que también era de ferreiro.
Cuentan que en las ferreirías se fundía el hierro en lingotes y en los mazos se trabajaban hasta convertirlos en útiles y herramientas.

Son los testigos que quedan de un tiempo ingenioso cuyo recuerdo nos llega a través de varias muestras etnográficas; que no hay municipio que se precie de la cuenca del Navia, que no ofrezca al visitante, museo con tal contenido.
Así, en cualquier aldea de ladera o de valle profundo, aún es posible recomponer el relato de aquel tiempo pasado.

Xerardo Rodríguez