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IMANOL Y LA TELEVISIÓN PÚBLICA

Ahí lo tenéis. Es Imanol Arias, actor, el protagonista de la serie más longeva producida en España, “Cuéntame”. Nada menos que 411 episodios emitidos a lo largo de 22 años, entre el 2001 y este 2022 en el que, por fin, alguien en Prado del Rey ha firmado su certificado de defunción.

En total, TVE gastó en la compra del relamido bodrio 268 millones y medio de euros, de los que Imanol se llevó algo más de 22 millones, concretamente 54.618 euros por capítulo, el mismo salario que su compañera Ana Duato. Aunque Ana y su marido, también cobraron los beneficios de la producción ejecutiva, porque el trabajo lo desarrolló su empresa productora, “Ganga”.

Imanol la armó estos días con unas explosivas declaraciones -por las que luego pidió disculpas- en las que atacaba directamente a la televisión pública tras conocer que TVE no renovaría el contrato de “Cuéntame”. Dijo…

Cuando TVE se quedó sin publicidad siempre dije que era su muerte porque si le quitas la publicidad su presupuesto se queda en 1.700 millones de euros, inamovible. ¿Por qué “Cuéntame” no se hace con trabajadores de TVE? ¿Por qué no hacen ninguna serie con esos trabajadores fijos, 9.000 personas que no hacen nada, que sobran? Dicen lo que cobramos los de fuera pero no publican los sueldos de los de dentro.

Imanol también habló de censura en “Cuéntame” -hecho desmentido por “Ganga”- y mal del consejo de administración, tirándole piedras a quien le dio de comer durante mas de cuatro lustros, media vida laboral. 

No entraré en lo de la censura, que existe en todos los medios, públicos y privados. En los primeros priman las cuestiones políticas y en los segundos los intereses económicos. Pero sí me gustaría hacer una reflexión sobre la producción ajena y sobre el exceso de plantilla. Vayan por delante estas significativas cifras:

La Corporación de RTVE tiene una plantilla enorme, nada menos que 5.872 trabajadores fijos para cubrir las necesidades de RTVE, TVE, RNE, Instituto de RTVE, Orquesta Sinfónica de TVE y web corporativa. A destacar estos tres grupos: 85 músicos, 680 administrativos y 1.460 periodistas.

La estructura suele compararse con la televisión privada, pero no son confrontables. Primero, porque es distinta y segundo porque mientras Atresmedia y Mediaset tienen solo un centro de producción y la mayoría de sus productos son ajenos a la plantilla, es decir, comprados, RTVE tiene que mantener -porque se lo manda su Estatuto- 17 centros territoriales infrautilizados, además de los grandes centros de producción de Prado del Rey, Torrespaña, San Cugat y Canarias, a lo que hay que añadir la red de emisoras de RNE y la web de RTVE.

TVE produce todos sus programas informativos y deportivos y muchos de los programas que se ven tanto en las dos cadenas principales como en sus canales temáticos; más del sesenta por ciento de la producción televisiva es propia.

Ocurre que las obligaciones estatutarias fueron creadas en la dictadura, pero se conservan en la actualidad porque lo exigen las baronías políticas de las diferentes autonomías, para utilizar los informativos regionales en beneficio propio. Por plantilla y por instalaciones, la mayoría de los centros territoriales podrían realizar producciones de calidad o coproducciones para alimentar a todos los canales de la Corporación. Si no se hace es porque sigue primando el centralismo empresarial, que desaprovecha la mejor arma que tiene contra su competencia.

Estoy hablando con orgullo de los medios y del personal con el que cuenta TVE porque conozco la Casa por dentro y sé que esa plantilla de buenos profesionales ha sido ajustada al menos cinco veces desde el año 1990. Se redujo la plantilla, sí, pero se mantuvo la infraestructura corporativa: una orquesta que no presta servicios a RTVE sino a la sociedad en general y que debería ser administrada por el Ministerio de Cultura. Un Instituto de enseñanza profesional que no tiene sentido cuando en España funcionan mas de sesenta centros universitarios de Ciencias Audiovisuales públicos y privados. Un ente “administrativo”, la Corporación, cuando los medios tienen sus propios servicios, lo que causa duplicidad de puestos de trabajo. Etc.

Sin estos lastres y con solo dos empresas autónomas dependientes de sus respectivos CEOS y consejos de administración, TVE y RNE, ajustando sus plantillas a sus necesidades de producción y compatibilizando los programas propios con los comprados a las empresas del sector a su “justo precio”, no solo reducirían sus actuales costes sino que cumplirían muchísimo mejor su función de televisión y radio públicas a las que debemos exigirles contenidos de calidad basados en la información veraz, sin manipulaciones políticas, y el entretenimiento cultural, que para hacer campañas y producir programas guarros ya nacieron las privadas.

Así pues, estaría bien que un gobierno, el que sea, le meta mano al “Ente” y lo convierta en dos empresas públicas con autonomía y con el único control de sus consejos de administración, elegidos por el Parlamento, al igual que los ceos de cada una de las empresas.

Hay que acabar con un organigrama obsoleto y crear dos empresas de radiodifusión y televisión al servicio de la sociedad. La independencia de los partidos políticos y los ajustes económicos son indispensables para su futuro. De como se haga la reforma dependerá también la pujanza de una gran industria audiovisual española, con la que TVE tiene la obligación de contar en sus proyectos, mediante coproducciones y subvenciones a cambio de derechos de emisión. Los medios públicos son un bien común y debemos apoyarlos como hacen en el resto de Europa.

Imanol Arias por lo único que tiene que disculparse es por cobrar las indecentes cifras que ha percibido en “Cuéntame” y lo que debieran “contarnos” es la génesis de la serie, en la que tuvo mucho que ver Ana Botella. A ver si en la comisión parlamentaria de RTVE alguien pregunta por ello.

Xerardo Rodríguez