galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

LA BELLA FACHADA MARÍTIMA DE MUGARDOS

Hoy te invito a contemplar estampas de agua mansa de ría y a conocer historias imaginadas que el tiempo adjudicó a los ártabros, los celtas navegantes que buscaron su vida entre la Torre de Hércules y el Cabo Prior.  

Navegamos esta vez por el mar que oculta en su lecho al pulpo, el más sabroso manjar de esta tierra, Mugardos, perspectiva inigualable en el paisaje norte de la Galicia marinera. 

Esta ría, sin embargo, la provoca el río Xubia un poco más allá del Puente das Pías. Si la navegas desde Ferrol a Mugardos, como ocurrió siempre, verás primero como se alzan al cielo las torres de la modernidad que son las grúas de los grandes astilleros en crisis, mientras el cielo de nubes procura paisajes de luz cambiante en el trayecto.

La Villa de Mugardos marca su espacio de calma en los espejos del agua y es testigo de cómo el barco abandona la bahía para navegar la inmensidad oceánica.

Aquí la gente admira cómo se enraízan en las ondas de la ría las pequeñas chalanas pulpeiras, que son gamelas a flor de agua.

Mugardos, se estira entre el viejo y el nuevo puerto que las espera.

La Ría se estrecha entre las fortalezas de San Felipe y de la Palma, de donde le viene a Ferrol la fama de inexpugnable puerto para la guerra.

Pero este es tiempo de paz y por eso amplía horizontes allá donde se oculta el pulpo, cuyo refugio buscan las gamelas de Mugardos, la villa de la calma y el placer gastronómico.

El sabor a pulpo se descubre en el recorrido que nos lleva de tasca en tasca, el placer de cada día,  en la fachada marítima más bella de esta ría…

Pedimos “una de pulpo” que acompañamos con el vino nacido en otro paisaje interior que también enamora.  Gozamos así de la tradición tabernaria,  entre tapa y tapa, entre taza y taza.

Esta es una buena forma de comenzar a vivir Mugardos, la villa marinera. Aunque, aquí, te citarán un viejo dicho:

“Os da Graña son cintores, os da Redonda canteiros; os de Cervás labradores e os de Mugardos pulpeiros”.

Esta copla popular define magníficamente el territorio municipal de Mugardos, que es el ayuntamiento más pequeño de Galicia, después del de Corcubión, con sus 6.200 habitantes.

Nació la villa a los piés de un castro, al que se accede desde la rúa do Cristo. Precisamente el conjunto urbano y el entorno del puerto suponen el mayor interés turístico de todo el municipio, juntamente con la ensenada de O Baño, y los restos arqueológicos de O Seixo, en donde se hallaron objetos de la época romana…

La Iglesia de Franza es la más llamativa por su sepulcro gótico y resultan especialmente atractivos el pazo de O Baño y la casa de los Mariño da Barrera.

La ría es no solo es el entorno natural de mayor interés paisajístico sino  también su mayor fuente de riqueza; puesto que la pesca es la principal actividad de los mugardenses, juntamente con el sector industrial del entorno más próximo, especialmente los astilleros de Navantia.

Pero la  planta para la gasificación de Galicia, cuya ubicación resultó especialmente controvertida, es una realidad que no gusta a todos.

Navegando desde Ferrol es  al doblar Punta Leiras  cuando aparece ante nosotros Mugardos. A partir de ahí y hasta Punta Segaño, está su costa bonita en la que hay muchas cosas que admirar.

Entre otras,  sus monumentales márgenes, en donde se enfrentan dos castillos, el de La Palma y el de San Felipe.

Desde el mar o desde tierra bien se comprende la grandeza defensiva de esta ensenada “a donde nunca se aventuró a entrar flota enemiga”.

Las siluetas de las viejas fortalezas militares se miran de frente en esta ría. Son monumentos de gran valor histórico y arquitectónico, que bien merecen ser protegidos como Patrimonio de la Humanidad. Y en eso anda todo el mundo, en esta comarca.

A Mugardos le dicen “puerta marinera” de Ferrol. La ría, aquí,  es el entorno natural de mayor interés paisajístico y también un inagotable caladero de pulpo y marisco.

Al  doblar la Punta de Segaño nos conmoverá el paisaje, porque es el límite entre la mar en calma y el mar abierto.