LA COSTA DE LA VIDA…
…Y LA GENTE CON PIEL DE SALITRE.
Entre el Monte Louro y las Sisargas se construye el paisaje de la vida. En el mismo lugar en el que las olas pronuncian su sinfonía contra la roca del percebe, mientras un sol que no quema persigue la sombra de escasas nubes sobre la arena, donde mi meiga deja su huella mojada.
Bajo el agua y frente al horizonte inalcanzable bailan invisibles, otra vez, el pulpo y la nécora, la centolla y la lura, el santiaguiño y la cigala… y otros millones de peces, que corren enloquecidos por el espacio.
Este ya es otro verano y la vida resurge en el mar más azul: el de la inmensidad oceánica que se refugia en puertos poblados de hombres que huelen a sal y el que se duerme sobre el lomo arena blanca de la desierta playa interminable. Es el mismo verde mar que esculpe estatuas de piedra al mismo tiempo que limpia el mas bello litoral.
Aquí y ahora la muerte es vida y en esta costa solo reina la belleza marinera…