LA SANIDAD PRIVADA NO HABLA GALLEGO
Seguro que a estas alturas de la película, con el “show” del Hospital de Vigo como telón de fondo, has sentido la tentación de alistarte en los registros de la sanidad privada, como hicieron ya muchos miles de gallegos.
No seré yo quien te lo aconseje porque, en primer lugar, estoy convencido de que nuestro sistema sanitario de salud es el mejor del mundo; y luego porque siempre me gustó más pertenecer a esa mayoría a la que no nos queda más remedio que acudir al Sergas, en donde los mayores vamos haciendo cada vez mas amigos sin que nos exploten.
Pero no creas que los grandes tiburones de la sanidad privada española desprecian Galicia como mercado. Porque eso somos para esa gente, un mercado.
Y ya están aquí. Vinieron para llevar a cabo un lento pero eficaz sistema de concentración del sector. En España se lo reparten, de forma mayoritaria, tres gigantes: Vithas, Quirón y HM (Hospitales de Madrid). Son los más poderosos y los que manejan más dinero para, de alguna manera, “industrializar” la sanidad. Porque eso es lo que hacen… incluso en Galicia, donde funcionan 29 hospitales públicos y 24 centros privados. Casi mitad por mitad.
¿Qué quiénes son? Pues te diría que, al igual que ocurre con los bancos, son familias. La Familia Gallardo, de Zaragoza, es la dueña de Vithas. La Familia Cordón, dueña de Quirón, acaba de absorber también a IDC. Y en cuanto a HM es otra Familia de accionistas variopinta y muy poderosa, de la Villa y Corte.
Esta gente es la que se reparte el “negocio” y en los últimos meses están llevando a cabo en Galicia operaciones hasta hace poco impensables. Verás.
El Policlínico Santa Teresa, de A Coruña, fundado en el año 1970 por la Familia Tovar, es de Quirón desde el 2012, cuando ganó la subasta pública que provocara el embargo del centro. La misma empresa acaba de adquirir el Hospital Miguel Domínguez, toda una referencia de la sanidad privada pontevedresa.
Vithas integró ese mismo año todos los centros que Adeslas tenía aquí: la clínica Nuestra Señora de Fátima, en Vigo. Y los sanatorios Belén y Modelo de A Coruña.
Por último, HM anunció la compra de hospitales del grupo santiagués La Rosaleda, que hasta ahora está en manos de treinta accionistas, entre otros la familia Granja y Fernández Albor.
La cosa no quedará aquí porque las Familias saben bien que aún hay mucho negocio por hacer en este país, cuyo mapa sanitario se han repartido.
Lo que a mí me cabrea más de todo esto es que el SERGAS utilice ciertos servicios de estos centros hospitalarios –como por ejemplo las consultas de “resonancia magnética”- que cuestan al erario público lo doble que cuando hacen el mismo trabajo sus profesionales.
Ya lo sabes, la sanidad privada, ahora, ya no habla gallego.