galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

LA SANIDAD PRIVADA

Siempre me he declarado defensor a ultranza, por sus muchas bondades, de la Sanidad Pública, pero hoy os hablaré del gran contraste, del negocio que supone la Sanidad Privada

(No temáis María, Pedro, José Manuel… Sois un encanto y nunca desvelo mis fuentes… Contaré vuestros casos con discreción y pondré como broche de oro uno personal, recién vivido).

María es médico, especialista en medicina interna, en un sanatorio privado de esta Compostela en donde antiguamente se decía que solo había curas, estudiantes y médicos; aunque yo últimamente, por las rúas empedradas del casco antiguo, solo veo estudiantes; los curas deben meterse en la catedral y los médicos en sus guetos.

María cobra mensualmente una cantidad nominal que no sobrepasa los 3.000 euros atienda el número de pacientes que atienda. Estos  enfermos pagan a la entidad por cada consulta 200 euros. Me cuenta que atiende un promedio de 12 pacientes diarios, de lunes a viernes, entre las 16`00 y las 22’00. Eso significa que su “empresa” recauda 44.000 euros mensuales por media jornada de especialista en plantilla. El total por “garito” será de unos 80.000 euros, que al año suponen 960.000 euros, casi un millón.

José Manuel es neurocirujano del SERGAS y él tiene alquilada su consulta privada a otra entidad sanitaria, que atiende, por las tardes, dos días a la semana. Paga 4.000 euros mensuales en los que se incluyen local y servicio de atención al cliente, es decir, la “típica enfermera”. A su consulta acude una media de 10 pacientes por día que pagan los mismos 200 euros, tarifa al parecer reglada por el Colegio Médico. Es decir, factura al mes, 16.000 eurazos. Descontados los que paga al Centro Médico le quedan 12.000, de los que declara a Hacienda –en el ejercicio 2011- 24.000 euros anuales, que son los que gana en dos meses.

Pedro es médico de familia y abrió consulta en una villa semi-rural. No pertenece al SERGAS, atiende por libre. Lo hace por las mañanas en un modesto piso-consulta que alquiló en el centro y por las tardes recorriendo los domicilios de las personas más necesitadas. Por consulta cobra 25 euros la primera vez y 20 euros las siguientes, pero se incluye en ellas la visita domiciliaria. Obviamente es libre, no depende de nadie y se permite a veces no cobrar a la gente pobre, sobre todo a inmigrantes. Sus pacientes dicen que es muy bueno. Tiene la consulta llena y declara ganar entre 3.000 y 4000 euros mes, según épocas. “A mí me sobra”,  me dijo.

Lo que nos vienen a demostrar estos tres casos es que las empresas sanitarias siguen explotando a su personal; aceptan en su “panel” a especialistas de prestigio y se forran solo con las consultas… ¿Os imagináis lo que ganan con las operaciones por las que te cobran una millonada?

¿Y quién puede pagar esos precios? ¿Los mileuristas que aún trabajan?

Mi primo Antonio Mascareñas, que fue médico de familia y no dudo que Dios lo tiene en su gloria, siempre me dijo que la medicina privada es un negocio para mafiosos…