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LA SUPERESPÍA GALLEGA

ARACELI ENGAÑÓ A HITLER

El libro “La Historia Secreta del Día D”, que firma Ben Macintyre cuenta muchos aspectos desconocidos de los agentes secretos que engañaron a la Alemania nazi. Eran agentes dobles y contribuyeron, sin duda, al mayor éxito bélico de la historia, la victoria de los aliados en Normandía. Una de esos espías era la guapa gallega Araceli González Carballo, que estaba casada con otro agente doble, Juan Pujol García, a quien ella introdujo en el M16, el servicio secreto británico.

Araceli no es una desconocida en los anales del espionaje y hace ya algunos años, el periodista lucense José de Cora dedicó un excelente documental a su vida y a su trabajo como espía.

Nadie discutió nunca la importancia de la gallega para los servicios de información aliados, en la segunda guerra mundial; pero hubo quien sembró dudas sobre su participación en las falsas noticias que los agentes dobles hicieron llegar al mismísimo Hitler, quien esperaba que el gran desembarco de las tropas aliadas se produjese en Calais, nunca en Normandía.

Casi todas las dudas sobre aquellos espías, entre los que se encontraban Araceli González Carballo y Juan Pujol García, las resuelve en su libro el periodista Macintyre, editor de The Times y uno de los más reconocidos expertos en espionaje, entre otras cosas porque sus fuentes son los archivos del M15 y el M16.

Para Macintyre fue Juan Pujol el que convenció a los alemanes de que el gran desembarco sería en Calais con la inestimable ayuda de su mujer. Pujol era conocido por “Bovril” y “Garbo” para los aliados y como “Arabela” para los alemanes.

Ambos se conocieron en plena guerra civil española, en Burgos, en 1938. Araceli nació en Lugo en 1914 y murió en Madrid en 1990. Una compañera lucense, María Hervera, la conoció en persona y publicó en el diario “El Progreso”:

Yo nací en la Praza da Soedade, donde mi familia tenía una tienda de antigüedades. Araceli hizo un día una compra allí y se hizo muy amiga de mi abuela, que fue quien empezó a contarme los primeros detalles de la vida de aquella señora tan elegante y atractiva, cuyos sombreros llamaban la atención en Lugo”.

Pujol comenzó la guerra como oficial republicano, se pasó al bando de Franco y al parecer se arrepintió de ello. Araceli había sido enfermera. Por aquel entonces ninguno de los dos se imaginaba que años más tarde serían agentes secretos con una muy activa participación en la lucha contra Hitler y su imperialismo nazi.

Ben Macintyre les llama “los superespías que engañaron a Hitler” y aclara que lo hicieron pese a tener ya entonces desavenencias conyugales que terminaron en divorcio, al final de la guerra.

Pujol se fue a Venezuela, en donde murió en 1988. Está enterrado en Choroní, junto al mar. Ella regresó a Lugo por poco tiempo; pasó en Madrid los últimos años de su vida. Es posible que su tumba pase desapercibida en el enorme cementerio de la Almudena.

Mi querido amigo José de Cora cree firmemente que ella fué la verdadera espía… Arabela… Araceli la bella… Aunque la fama de “Garbo” corrió como el agua de los ríos por todo el mundo.