Laxeiro

El pintor de Lalín

A José Otero Abeledo todo el mundo le conocía por Laxeiro. Fue un pintor quintaesenciado, capaz de sobrevivir al olvido no solo por su obra, sino por la singularidad de su persona.

Los que convivimos con él en el Vigo de los setenta, bien sabíamos que sería capaz de matar a la muerte, porque estaría siempre vivo en el recuerdo de las tertulias de las interminables noches artísticas del viejo café.

Una vez conseguimos llevarle a “Galicia de Noite”, que era programa popular de aquella radio de entonces, que él también escuchaba. Su genial humor reconvirtió aquella madrugada el arte plástico en arte musical, tocándonos la flauta por respuesta, para que, dijo, no le tocáramos nosotros otra cosa.

Laxeiro era de Lalín hasta en Buenos Aires, donde          –según contaba Blancoamor- reiventó el cocido con los amigos evitando el churrasco de Olivos, para él menos enxebre.

Tal vez fue en la Argentina donde el pintor de Lalín tuvo mayor reconocimiento artístico, que tiene España aún una deuda pendiente con quien fundió el arte y la vida.

Si este año 10 viviera Laxeiro cumpliría ciento dos años, y pese a los actos y homenajes de su centenario, España aún está en deuda con un pintor de proyección internacional. Aunque, en París o en Nueva York siempre fue  Laxeiro, el pintor de Lalín.