LUCES DE CIUDAD

Se apaga la luz del día y se enciende la noche con un tornasol. La noche nos hace más iguales, más uniformes. ¿O quizás más diferentes? Las ciudades reivindican su protagonismo nocturno.  Monumentos, calles y avenidas, recuperan el brillo de quien se engalana para una fiesta. Son siete las ciudades gallegas y siete las formas de reflejar un espíritu a través de neones y farolas.

Santiago siente el protagonismo de quien vive su momento. Esta siempre en la agenda de peregrinos y turistas. Los estudiantes no la abandonan y quienes la habitan siempre la disfrutan. Por la noche su aspecto es otro y el mismo. Fotos, cantos, visitantes, tapeo y conversación…la misma ceremonia a distinta hora.

Vigo nos muestra su cara menos vista. Las luces enseñan lo que el día esconde. La belleza de una ciudad que nunca se detiene. Para muchos la diversión comienza ahora, cuando se esconde el sol, por eso aquí vienen de todas partes en busca de eso; de vida cuando no hay vida.

La ciudad monumental lo sigue siendo. De día o de noche Pontevedra es como un museo a cielo abierto. Plazas y calles peatonales aumentan su elegancia a los ojos de la luna.

Ourense se relaja de noche. A orillas del Miño las termas son el espacio más solicitado. Agua caliente para verano e invierno; y siempre al fondo… el gran rio.

A Coruña despliega todos sus encantos. Luces de cristal, plazas, calles de paso y el gran faro vigilante y espléndido frente al océano. Pura magia de galerías y reflejos de ilusionista.

El perfil de Ferrol no esconde su verdad. Puerto y grúas de los astilleros marcan su personalidad obrera y marítima.  El Ferrol modernista también se esconde de noche en estrechas calles en forma de cuadrícula.

 Y nos quedamos en la ciudad de la muralla. El tapeo es sagrado en Lugo: una terraza, unos vinos y estamos de nuevo preparados… para vivir más noches en Galicia.