galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

MALAS AMISTADES

Iba a pasar de la crisis migratoria en Ceuta y Melilla, pero me lo impiden hoy dos imágenes: la viral del bebé en brazos del submarinista de la Guardia Civil y la de Pablo Casado en el Congreso de los Diputados echándole la culpa del desafío de Marruecos al presidente Pedro Sánchez.

La primera es la muestra de la vileza de un rey que utiliza la miseria de su pueblo para hacer guerra sucia, poniendo en peligro vidas de inocentes.

La segunda es el colmo de la desfachatez política de un caradura, que antepone su afán personal por llegar a la Moncloa a los intereses de su patria.

La declaración de la embajadora marroquí en España -“hay actos que tienen consecuencias”- significa que, el gobierno de Rabat, quiere hacernos creer que la invasión de Ceuta y Melilla por parte de miles de desfavorecidos es consecuencia solo de la hospitalización por coronavirus en Logroño de Brahim Gali, secretario general del Frente Polisario. El hecho molestó a Mohamed VI, pero Marruecos aprovecha esta situación para reclamar más dinero y prebendas de la UE y sobre todo que Europa reconozca lo irreconocible, una inexistente soberanía alauita sobre el Sáhara solo aceptada hasta ahora por Donald Trump, herencia envenenada que le dejó a su sucesor, Joe Biden.

Tanto España como la Unión Europea -que ya dejaron clara su postura en la ONU sobre la independencia del Sáhara-, podrían ahora no ser tan generosos en las ayudas económicas, suprimiéndolas y dedicándolas a la creación de unas fuerzas especiales de fronteras y de la construcción de infraestructuras que eviten la coladera de estos días, que aún prosigue esta mañana.

Por lo que se refiere a Pablo Casado y su boutade del miércoles, culpando de esta crisis migratoria “al caos de Sánchez” deberían hacerle saber lo que queremos todos los españoles ante estas situaciones: la unión sin fisuras de todos los partidos y fuerzas políticas, ante un inaceptable reto de los que consideramos malas compañías, más enemigos que amigos, desde aquella olvidada guerra de Ifni -1957-1958- y desde la invasión del Sahara, entonces español, conocida como Marcha Verde, en 1975, pocos días antes de la muerte del dictador. Supongo que a Casado le habrán contado esta parte de la historia de España.

Que tenga en cuenta el líder de la oposición que las formas de gestionar la relación con Marruecos han sido las mismas por parte de todos los gobiernos españoles, incluidos los que apoyaba el Partido Popular. Lo que hay en juego hoy en día no solo es la gestión de las migraciones, sino también la lucha antiterrorista y una relación económica que hasta el momento ha dado beneficios a ambos países, pero muchos más a Marruecos.

Para concluir os diré que hay algunos aspectos de esta crisis que el Gobierno deberá gestionar con sumo cuidado, sobre todo en lo que se refiere al proceso de devoluciones, a la garantía de derechos para los menores y, en momentos como este, de pandemia, evitar más riesgos de propagación del virus en Ceuta. Con firmeza y unidad España ha de hacer entender a Marruecos que la cooperación con lealtad es la única opción que tiene de seguir como hasta ahora.