MIRANDO AL FARO DESDE LA PRAIA DO TRECE
Aprovechando esta “calorísima” de agosto he vuelto a pisar esta semana Camariñas, villa tranquila que comparte su ría con Muxía. A mí me gusta decir que es pueblo marinero porque aquí la vida gira en torno a sus puertos, el pesquero y el deportivo. Alguna vez me atreví a navegar por su entorno mas impresionante, el del Cabo Vilán; cuando fui por tierra a la Praia do Trece y me fijé bien en aquel paisaje de agujas emergiendo del mar, me dije a mi mismo que el colega que me llevó era un osado inconsciente.
En realidad, hoy viernes a lo que he venido es a esa playa donde cada noche celebran su akelarre los espíritus de los ahogados en los numerosos naufragios que aquí ocurrieron. Es la mas tranquila de esta costa y puedes cantar libremente al compás de las olas porque de día nadie te escucha.
Siempre que vengo a este lugar tan impresionante y hermoso me acuerdo de aquel concierto de Luar na Lubre, en el Teatro Colón de A Coruña, en el que Luz Casal nos dedicó la canción mas popular… ¡Y no paro de entonar el pegadizo estribillo!
Pero mejor, si te parece, rememoramos juntos aquellos minutos de música maravillosa y dulce.