NADIE PUEDE SILENCIAR AL CANTOR
No hay quien se atreva a callar la voz del cantor a pesar de los tiempos. Cuando conversamos del asunto mientras rasgueaba la guitarra, nos referíamos ambos a las dictaduras, que aquí y allá eran los mismos pumas los que nos dejaban sin alimento. Aquella noche, hace cincuenta años, en mi casa de Vigo, nos dio el sol en los ojos y hasta cantamos a dúo. Nunca supuse que volvería a utilizar este himno para cagarme en la madre que los parió… ¡Que gran tipo era Facundo Cabral!