galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

OCTUBRE 2023

Esta mañana otoñal pero calurosa se agradecía mucho la brisa del nordés, ese viento que siempre nos resulta favorable a los gallegos en verano. Nunca se pone furioso y manda las escasas nubes que se autoforman en las montañas más allá de las doce millas oceánicas de jurisdicción gallega, que por algo es corriente de altura.

El parque central lo tomaron hoy los perros en manada y tienen todo el derecho a hacerlo, a organizarse sus propias carreras y a ladrarle a quien les dé gana. La mayoría de estas criaturas pasaron un buen tiempo entre las rejas de una sociedad protectora de animales. Se les nota por cómo te agradecen un simple saludo y porque te lamen la mano cuando les acaricias. ¡Estos sí que son amigos de verdad!

Mientras los perros desbarran por la hierba para luego bañarse en el río, sus amas y amos se entretienen cotilleando la actualidad. Lo que me sorprende es que nadie hable de política. Harta que está la gente del tema. No me extraña. Anoche cronometré el tiempo dedicado en el TD a los políticos y fue un desfase: de 40 minutos, 20 fueron para ellos y ellas, las más bellas, rey y reina incluidos paseando por Murcia.

Mucho más divertido es lo que le cuenta Lola a Rosa…

—- Fíjate, la muy puta me hacía fotos cada vez que sacaba al perro durante el confinamiento… por si salía más veces de lo debido.

—- ¡No me digas!

—- Te digo. Además, cuando me la encontré en la escalera tapándose toda la cara con una bufanda y los ojos con unas gafas de buceo me dijo que me iba a denunciar a la Guardia Civil porque estaba incumpliendo las normas.

—- Esa es la del tercero…

—- Sí, la del B, una mala pécora que me tocó en desgracia. Una bruja.

Las estaba escuchando y me daban ganas de llamar a la “maliciosa” Nenita para que le explicara a Lola como se las apaña ella con su vecina, la que en el “Malicia Noticias” la traía por la calle de la amargura… ¿Te acuerdas?

Los hombres, mientras, hablaban de fútbol…

—- ¡A ver qué fai hoxe o Celta!

—- ¡Ay de eso non che sei! ¡Eu son de Ames!

LA FOTO QUE PROVOCÓ UNA GUERRA

Releyendo la historia de la España del siglo XIX, esa que no me permitió conocer a mi abuelo, me entero de que el pionero de la manipulación fotográfica fue Randolph Hearts, el famoso ciudadano Kane de Orson Welles. El tipo, con una sola foto manipulada provocó en 1898 la guerra hispanoamericana, esa que solo duró tres meses pero que a los españoles nos dejó grabada esta expresión:

—- Más se perdió en Cuba.

Hearts es el autor de la foto que mayor impacto causó en la opinión de los americanos, la del agujero que una mina española había abierto en el acorazado Maine frente a la bahía de Santiago de Cuba.  Esta foto y las que la siguieron de las batallas navales entre las dos flotas fueron tomadas utilizando minúsculas maquetas que surcaban las agitadas aguas de una bañera. El espeso humo era, eso sí, de un cigarro habano. Sin la puta foto no habría guerra y yo hubiera podido conocer a mi abuelo.

Pues sí, hoy he completado los retos y me he reencontrado con todos los bichos vivientes, hasta con el señor topo asomando ciego por el montículo de tierra del agujero que abre para que nuestro nordés le refresque la cara como a los humanos. También la esbelta garza llegó volando al regato del Ameneiral, majestuosa, con sus largas patas estiradas haciendo de timón; consiguió una piedra limpia para acomodarse frente al agua y se aquietó a mi paso, sin miedos. Hasta un mirlo cantaba su arrechouchío feliz. También pasó la culebra silenciosa que cruza el camino para meterte el miedo en el cuerpo y luego esconderse tras la maleza, la muy cobarde. Estas cobras gallegas son los únicos seres vivos que me ponen eléctrico cuando se me aparecen.

Decía Manuel que hay que tener cuidado cuando paseas por cerca de la maleza, que es donde se esconden los bichos malignos. En su repertorio incluía –además de las culebras- a los sapos “peideiros”, a un tipo de lagarto de cuyo nombre no me acuerdo y a las ratas, muy peligrosas cuando pasan hambre. El caso es que los senderos por los que camino, excepto los del parque central, están invadidos por la hierba seca que se mete entre las silveiras, los toxos, las xestas y otras plantas que crecen a su libre albedrío. Incluso hay menta para echarle a los mojitos.

Muchas de las leiras donde crece tanta maleza ni siquiera tienen dueño: pertenecen a gente que emigró a América muy joven, las dejaron abandonadas y desde que emprendieron el último viaje ahí están, tan salvajes como algunos de los bichos que tienen en ellas sus refugios.

Entre el concello y la consellería de Medio Ambiente deberían de ocuparse de limpiar esas zonas que no son de nadie, pero sí suponen algunos peligros para la comunidad. A ver si toman nota porque si no lo hacen vendrá un vándalo provisto de mechero y le plantará fuego.

Vaya. Hoy me miran fijamente los “tres enanitos de la carballeira” que aún sobreviven en la estantería de mi chiringuito. Son hermanos de aquellos cuatro que se quedaron en otras casas, confundidos por las múltiples mudanzas a las que me hube de someter para subsistir.

—- ¿De qué enanitos hablas?

—- De aquellos que cantaban las verdades al lucero del alba por la sureña y desaparecida Radio Noroeste.

Aquella emisora era un grano en el culo de políticos y ricachos, por eso la compró la multimedia, para callar voces libres y contentar al poder de entonces, el mismo que la sigue subvencionando… eso sí, con toda normalidad.

Los fantasmas de estos vivos de ahora fueron los pilares de aquella transición que nos trajo esta nueva democracia, la que permitió la muerte de ancianos, la que nos mantiene constantemente vigilados, que corrompe, que permite las colas del hambre, que crispa, que te obliga a subir al alambre y lo tensa para hacerte caer al fondo de esa oscuridad en la que te instalas cómodamente, porque te convencen de que cuanto veías a tu alrededor no era en realidad tu paisaje, solo un espejismo.

Los tres enanitos son aún tan íntegros que se apuntaron a la guerra de los “Antifa”. Es que, por su rebeldía social, los poderosos les niegan sus medios, los han dejado mudos, como a mí la tecnología. Me están entrando muchas ganas de resucitarlos en nuestra revista común, la de la Galicia Única.

Digo yo que merecerá la pena para que les digan algo tan manido como…

—- Eso que hacéis es “periodismo antiguo”.

Sin embargo, estoy seguro de que los enanitos calarían entre esos jóvenes que solo se hablan por el móvil.

En mis amaneceres, las ondas hertzianas se llenan de poncios -analistas de la cosa política- que anuncian el caos y reparten las culpas de nuestro sufrimiento a partes iguales, a diestra y siniestra, como si no fuera obvio que lo que había que hacer es recomendar –sobre todo desde la emisora de la Iglesia- una peregrinación a San Munio.

—- ¿A San Munio?

—- Sí, al San Munio de A Veiga.

Me dijo Hortensia, la señora de Balbino, que es de una parroquia próxima también del concello ourensano de A Bola, que…

—- É o mais milagreiro. Foi capaz de acabar coa peste, a tuberculose e tamén co coronavirus ese… ¿Ou non? ¡San Munio é a solución para as cousas da saúde!  

Y me cuenta que, antes de ser santo, Munio fue el anacoreta que fundó en el siglo IX el Monasterio de A Veiga, del que se conserva, como prueba irrefutable de su existencia, una iglesia que fue de estilo románico ojival. Bajo el altar mayor está enterrado el monje santo hacedor de miles de milagros.  

Yo me digo a mí mismo que, si es tan infalible este milagreiro santo y a la vista de que hay que peregrinar tan lejos –A Veiga es la puerta de entrada a Peña Trevinca- lo que debíamos de pedirle a San Munio es que ponga orden en las ondas, que ese sí que sería un milagro.

Y de paso en mis huesos, que con tanta humedad de este veranillo loco otoñal se me han puesto blandengues.

Pero mucho me temo que las cuestiones de la salud no las solucionan ni los santos, ni los periodistas poncios, ni los políticos… sino los científicos. ¿No os parece?

TIEMPO PARA RELEER A LOS POETAS

Es tiempo de releer a los poetas porque en sus versos están las verdades de siempre. Yo, por si acaso, en este día otoñal en la Tierra Única, me he puesto en aquellos setenta en los que me fui con mi tocayo Moscoso a Madrid para hacer la revolución en vinilo y poner en solfa la lírica de la raza.

Fue cuando Xerardo sacó de la mochila aquellos versos de Ramón Cabanillas, todo un himno para aquellos tiempos y actual doctrina de la rebeldía patria cuando nos sacan de quicio:

“Irmans, irmans galegos, de Ortega alo Miño, a folla do fouciño fagamos rebrilar…”

Un faro que comienza a iluminar el final de la tarde. Grandes olas cubriendo de espuma blanca, refulgente, rocas multiformes a lo largo de todo el trayecto. La campana del monasterio, en silencio, en el contraluz de la torre. El sol raso que torna de oro el océano. Miles de aves entrenándose al paso de los barcos, allá en el horizonte…

Me desperté de la siesta con ansias de recuperar aquel grandioso espectáculo del ocaso de mis domingos jóvenes, al regreso de Tabagón por la costa. Solo tenía que detener el coche unos instantes para disfrutar de la hora mágica en el espacio natural protegido.

Hay que ver como echas de menos el manso placer de una mirada, cuando un ventanal te separa del mundo exterior…

LA NUEVA ALBORADA

El único milagro que se produjo esta mañana es el del amanecer.

Otra vez.

Es tan bello el momento en el que nace el día… que me acuesto con la Luna en la ventana para no perderme ese instante eterno en el que sol emerge detrás de la colina.

Hoy tampoco veo gorriones, pero los estorninos ocupan su espacio y entonan cánticos bulliciosos, sumamente alegres, cuando el cielo de primera hora se torna rojo para recibir al rey de la vida.

Mis pájaros cantores vuelan siempre todos juntos creando nuevas formas para asombrar a los humanos. Nos invitan a distinguir la materia de lo imaginario, lo material de lo hermoso.

En Galicia definimos el renacer del sol como alborada y esto significa el arte sin límites…

La poesía y la música se unen para ser universales en ese momento. Música y poesía, juntas, son la secreta y maravillosa épica de las emociones cantadas y rimadas que nos descubren los impulsos interiores del alma de un pueblo.

El poeta habla en nombre de su espíritu y el músico es quien transmite el verso a través del canto. Sí. La poesía y la música son el gran tesoro de las artes. Y como la alborada misma, nos despiertan de aquellos sueños soñados en tiempo de sombras.

Hemos de sacudirnos la tristeza del cuerpo y dejar que el alma dicte nuestros actos a partir de la alborada…

¡Tocad, músicos del mundo!

EL SILENCIO DE LA PAZ

He puesto una silla en el balcón para cambiar hoy de panorama y cotillearte lo que se ve a hora temprana con luz de sol sobre los tejados. Tres personas ocupan toda la calle, la rotonda y el prado verde donde comienza el camino que va a la aldea.  Una esbelta joven cruza el paso de cebra con una barra de pan bajo el brazo. Un fornido muchachote está con su perro en la acera de enfrente, mirando curioso, lo que olisquea el chucho en una alcantarilla sin tapa. Y el tercer hombre, de mediana edad, camina con apurado paso y tiene toda la pinta de ir al Centro Médico, ahí al lado. En segundos desaparecen los tres de mi vista y la rúa se queda completamente vacía…

Entonces escucho el silencio de la paz, el mismo que se oye en el cementerio de Ameixenda. Una música que no tiene nada que ver con los vivos.

Esta madrugada se posó la Luna de Nieve sobre el monte de los sobreiros mientras mis párpados comenzaban a tapar la noche y se iniciaba en mi mente el sueño de aquel inacabado viaje a Katmandú. Allá volé rodeado por miles de almas. Nos transportó la luz atravesando la terrible oscuridad y durante el trayecto no hice más que hurgar en los recuerdos… 

La paz de Nepal se esconde aún bajo aquel templo cuyas ruinas destacan entre otras ruinas, amontonadas sobre los restos de los edificios derribados… cuando hace largo tiempo ya que se abrió la tierra, tras el bramido de la montaña.

Entonces, allí mismo, contemplando a los dioses por los suelos, pensé en la fragilidad de la humana memoria y con cuanta celeridad el olvido alcanza las cosas más trascendentes si la tragedia de la vida se produce más allá de nuestro alcance.

La Luna blanca de esta semana… se posó antes en el Himalaya.  Como te lo cuento.

Encima de los premios y distinciones que más he agradecido, cuelgan de la pared frontal de mi chiringuito dos dibujos de mi amigo Xaime Quessada, con los que me hizo el honor de ilustrar el primer reportaje que publicó con mi firma el “Diario de Pontevedra”, en el año 1962.

Uno refleja el rostro curtido de un marinero recién llegado del Gran Sol. Creo recordar que se llamaba Francisco, pero le adjudicaron el sobrenombre de O Cigala porque siempre tomaba una tapa de ese marisco y un vaso de tinto Rioja. Luego decía…

—- En Marín no é rico quen non quere.

Tenía razón. Los redactores del “Diario”, de sueldo exiguo, nos sentábamos todas las madrugadas en una esquina del Bar “O Coxo” frente a la mismísima Lonja. Entre Huete, Corbal, Cuña Novás, Gabriel y yo dábamos cuenta de una caja de “minifaldas”, esas cigalas pequeñas de carne prieta y sabrosa; de las que ya no quedan porque la sobrepesca acabó con ellas.

Hoy en día la cigala de Marín tiene fama, incluso fiesta, pero su sabor no tiene nada que ver con la “minifalda” que nos preparaba Pepita, la otra protagonista de Quessada para aquel trabajo de mi debut en el periódico pontevedrés. La joven hacía de cocinera y de camarera. Era lo más importante de aquel bar de marineros en el que confluíamos también la gente de la noche, incluso la de buen vivir.

Aquel periódico, el primero en el que realmente ejercí de periodista, fue la mejor escuela de la época, aunque tenía un gran inconveniente: algunas páginas no se leían…

—- ¿Por el contenido?

No, no. No se leían porque la rotativa era una mierda. Se la había empaquetado a los prebostes que refundaron la editorial Eugenio González de Haz padre, editor de “Meta”, el primer semanario deportivo de Galicia. Así que en las primeras ediciones te podía leer la gente si tenías la suerte de que te asignarán la página adecuada.

Mi primer reportaje ocupó la quinta, que sí salía bien impresa.

Perdona esta incursión en el pasado, pero es que para mí… ¡Marín es la Gloria!

ERES SU MADRE, PERO NO SU DUEÑA

Hoy, cuando fui a por el pan y una dulce tentación gastronómica, a la panadería Xallas, una muy joven pareja hablaba del pin parental del facherío, con división de opiniones…

—- ¿Entón eu non podo dicir nada da educación do meu fillo?

—- E que ti eres a nai, non a sua dona. Ó teu fillo -que tamén e meu- non ó vai adoctrinar nin dios.

A ver. Lo que quieren esos señores del bloque de las derechas, una vez que han perdido algo más que el norte, es convertir a los padres –a los de su cuerda- en propietarios de sus hijos, como si fuesen un bien material. De tal manera que, bajo su sombra, los niños estudien, jueguen y hagan solo lo que ellos quieren, no lo que les convenga.  

Lo que pretende esta derecha extrema y central –porque habita en el centro de España- es que se impongan los padres matones, los que pegan al entrenador de su hijo porque lo deja en el banquillo, o al médico al que culpa de sus males, o al profesor que lo ha suspendido.

Esos padres tienen un alto sentido de la propiedad y lo que en realidad pretenden es imponer al Estado sus criterios en materia de enseñanza. Por encima de lo que sea, incluso del derecho a la libre elección de sus hijos.

El pin parental de marras es el truco del almendruco para adoctrinar a los niños en el pensamiento nacionalcatólico, ese que catequiza a todo españolito que pilla para meterlo en su burbuja y que llegue virgen al matrimonio.

Pero esos padres tan compulsivos con eso de la sobreprotección de sus hijos lo tienen fácil: en España funcionan aún colegios privados –e incluso subvencionados- que regentan religiosos de toda índole y condición, como se está descubriendo con los casos de pederastia denunciados ante el mismísimo papa Francisco.

PALABRAS

Las palabras escritas quedan siempre como muestra indeleble de la actualidad más rabiosa, es decir, de las noticias que nos obligan a reaccionar; si son buenas porque nos complacen y si son malas porque nos irritan, aunque algunas informaciones solo nos incitan a la indiferencia.

Claramente hay varios vocablos que, al margen de ser los más utilizados por los informadores, resumen muy bien lo que está pasando, lo que estamos viendo, lo que escuchamos o leemos en los apartados informativos de los medios de comunicación.

Estos días, las reales academias de las lenguas españolas eligieron la palabra del año, pero no coincidieron con el sentir popular, excepción hecha de la Real Academia Galega.

Así que, ante la situación en la que nos encontramos, le pedí que eligieran su vocablo más utilizado durante los últimos doce meses a los miembros de cuatro generaciones de mi aldea y este es el resultado…

Analizando cuestión tan profunda he llegado a la conclusión de que los nietos son los más universales de la familia y han conseguido a través de las redes llegar al infinito de su cosmos.

Los hijos dejan que duerma la rebeldía que llevan dentro, pero piensan que, a la vista de los buenos resultados que da eso de ser independentista, habrán de despertarla en el año que viene. De hecho, ya comenzaron los de León reclamando su propia autonomía.

Los padres demuestran su preocupación por el futuro de una España a la que ven sumida en el caos político y no esconden su rabia por la carencia de liderazgos válidos para salir de una crisis que, temen, puede originar otra aún más grave que nos devuelva las dificultades económicas.

Ante todo esto, los abuelos piden a unos y a otros que copien el sentido común de los líderes que hicieron posible algo que ahora menosprecian los tontos y sin embargo fue el gran logro histórico del siglo XX en España: la Transición, con mayúscula.

MORALEJA: si eres capaz de conquistar el universo con la palabra procura utilizar todas aquellas que sirvan de disculpa para que el trigo crezca en las fronteras. Es decir, pon un poco de sentidiño en tu vida y ayuda a reconquistar la credibilidad perdida.

Este es el verdadero mandato popular. Así que, gente de la política, nos debéis la evolución y lo que parece estáis logrando es un retroceso. Espero que no lleguéis nunca a aquellos tiempos que ya teníamos olvidados.

EL FRACASO DE LAS RELIGIONES

Por lo visto, la última borrasca comenzó con tormenta en la Cumbre Social del Clima, esa que provocaron los jóvenes del mundo tomando las calles para decirnos a todos otra vez…

—- ¡Los políticos que dirigen el planeta son muy malos!

Están hartos de la inacción de los líderes mundiales mientras las evidencias científicas dejan claro que los humanos nos estamos cargando la Tierra.

La frustración de los jóvenes refleja otro fracaso más de una cumbre climática en la que, la conclusión final, tras un gasto multimillonario, ha sido que en 2024 volverá a celebrarse otra cumbre, en otro lugar del mundo, para seguir hablando de la emergencia climática que nos agobia.

Hasta entonces es seguro que los telediarios se abrirán todos los días con nuevas guerras y miles de muertos por los misiles y bombas que fabrican los mismos de siempre.

¡La paloma de la paz, que ubicábamos en Jerusalén, ya no sabe dónde esconderse! Estamos viviendo el gran fracaso de las religiones.

Cansado, apoyé mi mano en el árbol del paraíso y este me llenó de otoñales hojas cayendo sobre mi cuerpo: amarillas, tintas, degradadas… casi me cubren de todo. Se lo agradecí abrazándolo, besándolo en el tronco, porque él liquidámbar me tiene mucho cariño y él bien quisiera calmar mis dolores, que se aferran a este cuerpo gastado como si fueran lapas.

Hoy es el día que, cuando se instauró la democracia en España, le decíamos de la Hispanidad, nombre que sustituyó al de la Raza de la dictadura franquista y que ahora a todos nos gustaría vivir como la Gran Fiesta Latinoamericana. Porque los éxodos más recientes, hacia una y otra orilla atlántica, bien que sellaron nuestra hermandad.   

Me propongo pasar la jornada en el viejo edén… donde la lagestroemia se desprende de sus hojas amarillas hasta cubrir el suelo; mientras, los arces dan sus últimos coletazos disfrazados de rojo intenso y las gardenias ya no salen del capullo, ¿para qué?

Las últimas flores de los ibiscos también se arrugan y las hojas del cornus se hacen grandes para caer más despacio… Las palmeras esconden su flor otoñal que es su semilla, el olivo resiste a la humedad y las camelias, algunas con capullos, se alegran de que haya regresado esta lluvia que empapa la hierba.

Se resisten a caer las lantanas de blanco fulgor, pero pronto darán paso al renacer de los rododendros que cambiarán sus ancianas hojas por brotes de verde intenso, en sana competencia con los acebos, preparados ya para la Navidad.

El domingo 29 de este octubre nos volverán a robar oficialmente una hora de luz, como siempre. A los gallegos, esta historia de los atrasos solo nos sirve para ver como las sombras de la noche llegan antes y la vida que nos rodea se viste de noche anticipada. Por eso apuro el paisaje que me maravilla… aunque llueva.

En esto, una paloma blanca cruzó el espacio y me pregunté porque todas las palomas del mundo, el ave que simboliza la paz, no sustituyen a los misiles de guerra que caen sobre este planeta que sangra por los cuatro costados.

Pero las palomas de la paz ya huyen de los humanos.

En mi anciana soledad hablo hasta con el astro rey como hacían los antiguos galaicos, encaramado en el castro próximo del monte bajo. Como sabes, nuestros ancestros levantaron altares para ofrecerle sacrificios, principalmente cordero lechal que era el plato preferido de la tribu.

Para mí, que los oestrimnios fueron los inventores del asado argentino y uruguayo, ese que por aquí llamamos churrasco. Aunque lo de la ofrenda al Dios Sol era más bien un…

—- ¡A su salud!

Porque las viandas se las ofrecían a la deidad, pero se las papaban ellos. Es decir, como en las romerías de ahora: se hacen en honor de la virgen o del santo, pero de la gastronomía disfrutamos nosotros, los gallegos. Lo hacemos a modo y manera de las enchentas de siempre. Eso sí, las compartimos con los turistas.

Los hijos del imperio español han construido esta semana un nuevo puente laboral, el que llaman del del Pilar -una virgen que ejerce de patrona es una buena disculpa- y esta nuestra Tierra Única está aún mas llena que en agosto.

Claro que, para disfrutar de esos puentes tan españoles en estos tiempos de carestía… hay que ser rico.   

Cuando éramos jóvenes, en Ourense, me preguntó una vez mi amigo Xaime Quessada:

—- ¿Ti como crés que se chega a rico?

Y le respondí como lo hacía D. Agapito, empresario de A Ponte que pasaba entonces por ser riquísimo.

Una vez le pregunté en “La Voz del Miño”…

—- ¿Usted cómo llegó a millonario?

—- Pues mire, yo compro cosas a dos pesetas y las vendo a cien. Y con ese modesto 2% voy ahorrando lo mío…

Don Agapito era el auténtico rey de los “ultramarinos al por mayor”, que sus herederos convirtieron en grandes supermercados diseminados por la toda la geografía patria. Lo que ignoro es si ellos siguieron utilizando los mismos porcentajes para comprar y vender.

Xerardo Rodríguez