POEMA PARA VOLVER A SER PARIDA – Por Loreto Ibáñez Fontán, mi amiga periodista de Santiago de Chile.

Ya no tengo ni encuentro palabras con que pedir misericordia. Baldía y fea como una rodilla era mi alma.

«Busco un poema que no encuentro, un poema a quién la desesperación pobló súbitamente en su carne, de mil bocas grandiosas, de mil labios desgarrándose.

A mis oídos llegan voces distantes, resplandores pirotécnicos, pero estoy sola, y decidí dejar esta geografía de miseria, a la que me aferraban firmes pernos.

Algunas veces en la noche, yo pensaba en la belleza con que los poetas estremecen al mundo, y todo el corazón se me anegaba de una pena para la que tampoco había palabras.

Hoy he tenido una epifánica alegría. Después de un temor seco y metálico, por elogio que me elogio, decidí saber cómo serán esas noches estupendas, que la sangre, en una muchedumbre de sentidos, atropella el corazón que yo creía a mis espaldas.

Dejo todo, pero nunca dejaré de tener nada, porque he descubierto en mí una extrema valentía… a lo más regreso, pero partir todo de nuevo, como recién parida, quizás hasta me quite el pecado original, y Dios, no sea más que un hombre igualmente sediento de vida.

Si no resulta, hay una frase, tal vez la más hermosa que he leído…  sólo será «como si los segundos fueran toboganes que se deslizan hacia arriba»

Loreto Ibáñez Fontán

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