SOBREVIVIR
Por Eduardo Sotillos
Siempre pensó lo contrario. Nacía cada día con la ilusión de descubrir una verdad, una meta, un compromiso, una pasión.
Le aburría un éxito que le atara a repetir su existencia.
Hoy me ha dicho:
—- Amigo, miro a mi alrededor y me miro a mí mismo y acepto mi rendición: Ya me levanto por la mañana sabiendo que vivir es, apenas, sobrevivir.
¿Y si no fuera la reflexión de un hombre solitario, en la decadencia, sino un sentimiento colectivo?