DÍAS DE TEMPORAL
A uno, quizá por mayor, le asustan mucho en pantalla los tejados que vuelan, los árboles que caen sobre los coches, las paredes de los centros deportivos que se vienen abajo, los ríos que se desbordan, las olas que se llevan la arena de la playa, los objetos que pasan volando a ras de las cabezas… Por eso ayer me he quedado en casa, como nos aconsejaron los de Protección Civil. Por mi valle la cosa se quedó en un susto, pero esta Galicia única vio pasar al ex huracán Kirk en forma de tormenta tropical de las de antes, cuando el mar inundaba la alameda de Marín y el río Miño se salía de sus casillas. En la costa y en el interior el viento silbaba a más de cien kilómetros hora y el agua de la lluvia caía concentrada como si las nubes negras quisieran soltarla de golpe.
Yo nunca he vivido la amenaza de un huracán como “Milton” que, según el Centro Nacional de Huracanes, sigue siendo “extremadamente peligroso”, a pesar de haber descendido a categoría 1 y atravesar Florida de lado a lado. Desde las costas de la península de Yucatán, en México, “Milton” cruzó el Golfo y está golpeando con fuerza este jueves la zona al sur de Tampa, entre las localidades de Bradenton y Sarasota. A pesar de la recurrencia de los huracanes en Florida, justo esta zona no ha recibido un golpe directo de un sistema como este en más de un siglo.
Es extremadamente difícil que un huracán llegue a Galicia. Incluso en casos extremos como el de “Kirk”, los ciclones se debilitan mucho antes de llegar a nuestras costas. Menos mal porque si no estaríamos contando muertos como está ocurriendo, desgraciadamente, esta mañana en Florida. Pero los ciclones tropicales precisan agua caliente para nacer y fortalecerse, por eso surgen en las aguas cercanas a los trópicos. Cuando los ciclones pierden el sustento del agua caliente para absorber energía tienden a perder fuerza. Esto ocurre cuando tocan tierra o cuando se adentran en aguas más frías como las del Atlántico.
Dicen los pronósticos que esta madrugada de viernes llega a España otra tormenta tropical, “Berenice”. Afectará mas al sur de la península, ya que entra por el suroeste desde el Atlántico. La AEMT calcula que será menos intensa que “Kirk” que deja alrededor de 600 incidentes solo en Galicia, creando además numerosos problemas en los medios de transporte y cortes de luz.
Ya ves. El cambio climático nos ha dejado sin nuestro otoño de oro, que no se yo si volveré, alguna vez, a visitar mi trozo de mundo vibrante para contemplar como el río se lleva las últimas flores. De momento me quedo con el recuerdo de los ocres del souto viejo.
Lo malo es que aún hay imbéciles que pasan de este asunto del cambio climático. Como diría mi amigo Isidoro Gracia, “la sociología y la historia nos muestran que, para convencer a la masa -egoísta por naturaleza hasta el límite de la estupidez que la sitúa al borde de la extinción- para que la masa acepte sacrificios, es necesario amenazarla con el apocalipsis”.
Pues… parece que está llegando.
Xerardo Rodríguez