VERSOS PARA ELLAS
A UNA MUJER QUE NO SONRÍE
Debo decirlo sin premura.Eres bella como esas mujeres que aparecen en mi alcoba,
como esas mujeres que perduran el ensueño.
También debo expresar que es una obsesión
que nace de los puertos,
del humo de los trenes cuando llueve
o de las velas que despliegan los marinos
en la boca del mundo.
Ella viene a mí, gira su cabeza y no sonríe.Imagino la desnudez cargada de instinto
entre mercaderes hablando un dialecto
en un pueblo de ofrendas y senderos.
Hilos de amor que nacen
con el fuego del atardecer,
entre fábulas y puertas y maletas.
La descubro con su cabellera sobre el hombro
en un otoño sin viento, sin latido.
Y me mira desde la melancolía o el desdén.
Pero su boca no devuelve la palabra
ni presagia los signos de la noche
A veces siento este otro silencio
como un capricho de la memoria.
Dime ¿Dónde estamos?
Carlos Penelas
ACTO DE CONTRICIÓN
Dónde derivo, devengo?
Me derrito, destrozo, desentierro.
Dónde me escondo, aparezco?
Me escombro, me escando, me escarbo, me esfuerzo.
Dónde saberme si no es dentro de tu piel?
Me irrito, y me tomo de los cabellos
hasta lograr el excuerpo, el expienso.
Me poseo del areté del guerrero, y
me muerdo, me templo, y espero,
un día más, luego otro, y asciendo
rayita a rayita en la pared del preso.
Silvia Martínez Coronel.
MIEDO
¡Que miedo me da perderme
en el laberinto de mi memoria!.
Olvidar tu nombre,
sin recordar el mío,
Pensar en tu cara, tan amada,
preguntándome…
¿Quién es, o quien eras
en mi vida?
Ver un libro sin saber viajar por él,
perdidas la letras entre los setos
de mis dormidas neuronas.
¡Que miedo me da perder
lo único que tengo ahora.
la constancia de vivir,
y de haber sido amada.