galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

ADRIANA DOMÍNGUEZ, DIRECTORA GENERAL

ESE TOQUE QUE TIENE LA MARCA DE AUTOR…

Me cuesta mucho hablar de moda y sobre todo de esta moda gallega que ahora fábrica sus prendas en donde encuentra mano de obra barata. Hace mucho tiempo ya desde que se cerraron aquí cientos de pequeños talleres que daban vida a pequeñas poblaciones del interior del país. De ello culpo a los grandes modistos que adquirieron fama y nombre más allá de nuestras fronteras, incluso a Adolfo Domínguez, al que dieron por muerto mil veces y otras tantas lo tuvieron que resucitar.

—- ¿Volverán a coser en Ourense?

—- Estamos en Turquía, Marruecos y Portugal, pero hay procesos tan similares entre Galicia y el país vecino que creo que pronto se podría pasar la frontera. Producimos allí donde podemos ofrecer la mejor relación calidad-precio. Sería una gran alegría volver a Ourense, pero la globalización es una tendencia a la que nosotros también nos ajustamos.

Esa es la razón que da Adriana Domínguez, 42 años, ourensana como su padre Adolfo, el creador que un buen día tuvo que buscar en la Bolsa la continuidad de la empresa textil familiar a la que dio su nombre. Desde hace seis meses, Adriana es directora general de la firma. Por delante tiene ahora la tarea de consolidar esa recuperación conseguida bajo su dirección y en sus manos está el futuro de la marca. Adolfo Domínguez lleva cuarenta años en el mercado y de sus cuentas dependen 1.400 empleos.

Tengo el gusto de conocer a las tres generaciones y no solo siento mucho respeto por el genio creador del más popular de la familia, sino también por la persona de don Adolfo, el dueño de aquella “Sastrería el Faro” de Ourense, en la que mi madre me compró mi primer traje gris y dónde comenzó todo.

Hablando de trajes, yo también fui de los arrugados pero jamás me compré una prenda. Hasta que me casé elegía por mí la buena maestra de Cudeiro y desde que Gloria apareció en mi vida ella me compra todo, incluso los calzoncillos, esos que ahora llaman finamente slip.

Pero a lo que iba. Adriana Domínguez no es solo una chica lista, con altos estudios empresariales e hija de papá. No, no estaba cantado que iba a ser la directora general. Lo fue porque esta mujer lleva dieciocho bregando desde dentro y nadie como ella, que tenía integrada en el alma esa cultura tan especial de la moda de autor, para resolver los graves problemas que tuvo la empresa, a punto de quebrar.

Yo no sé bien cuáles fueron las medidas tomadas que enderezaron el rumbo, pero la directora de “Adolfo Domínguez” parece tener un plan secreto para que continúe el crecimiento…

—- Mi gran apuesta ha sido volver a lo esencial, a las raíces del negocio. Digamos que hemos cambiado las tiendas a la calle principal, dotándolas de una estética más creativa y luminosa, con ese toque que tiene la marca de autor.

Y si no puso la casa de patas arriba sí revirtió algunas de las decisiones estratégicas del anterior equipo directivo…

—- El mercado nos dijo que no estábamos en el camino más apropiado. Ajustamos precios y mejoramos la calidad, limitándonos a lo que el cliente nos pide, que son las prendas icono de la marca. El tiempo nos dio la razón. Son las que mejor se venden.

La crisis económica azotó duramente al sector textil y supongo que esta sería la principal causa del momento crucial de una firma que vistió a actores en Hollywood y fue siempre una de las joyas del sector en España…

—- No todas las decisiones empresariales fueron malas y por eso estamos vivos, pero la crisis si destapó algunos de nuestros defectos empresariales. El mercado medio se paralizó y tal circunstancia obliga siempre a un período de reajuste, sobre todo en una empresa como “Adolfo Domínguez”, con 720 tiendas.

Adriana es artífice de la nueva realidad que pasa por abrirse al mercado exterior y no depender exclusivamente de la economía de un país. Dice que en México les va muy bien y que todas las tiendas de Galicia funcionan, por eso no habrá cambios en un futuro próximo.

No sabéis cuanto me alegro de sus éxitos. Por ourensana y por nieta de don Adolfo, mi primer sastre.