galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

CUNTIS

MUSICA DE AGUA

          Si el canto del agua es la música elemental de nuestra vida en Cuntis el agua es el esencial motivo por el que llegan gentes desde toda Europa.

          Aquí, la sinfonía del manantial anuncia el espacio balneario de resurrección, donde el agua se convierte en nuestra fuerza vital. Y todo lo cura.

          Por eso en Cuntis, nos emociona el canto armonioso de su fuente de salud. En ella bebemos.

          Y nos divierte especialmente flotar en el agua de la piscina termal, porque es la suave melodía que reverbera en los orígenes difusos de nuestra memoria, cuando nos traslada de nuevo a la linfa materna.

         Así nos sentimos otra vez felices.

       —-   ¿Y tú crees que la gente joven descansará en los balnearios?

       —-    Yo creo que en cuanto descubran las bondades del agua termal para calmar el estrés y sobre todo, el placer de sentirse “mimados” por el agua, en instalaciones modernas, vendrán a los balnearios, no te quepa duda.

       —-   Meterse en una de estas bañeras antiguas con chorros tan placenteros –yo lo probé- es como volver a la linfa materna, me parece a mí.

       —-  Sí, eso es. El agua te ama y que transmite sus propiedades para que te sientas muy a gusto…

 

        Esta conversación que mantuve con el entrañable y siempre recordado Marcial Campos sucedía en una noche de verano, en su Balneario de Cuntis, tras una fiesta que ofrecía su establecimiento con el afán de introducir el termalismo entre los jóvenes. Estábamos aún en 1963.

        Marcial Campos fue el pionero, el hombre que mejor entendía el negocio turístico y lo que suponía el termalismo para una pequeña villa, como Cuntis, próxima a la capital de Galicia y a la de las Rías Baixas.

        —- Yo solo imito a los romanos…

        Contestaba con humildad a los halagos y ponía cara de legado del Imperio

         Desde que los romanos se asentaron en Castrolandín, el termalismo fue un elemento identificador y diferenciador de la villa de Cuntis. Enclavado en el corazón del centro histórico, su Balneario es uno de los más populares de España.

         El termalismo, las aguas sulfurosas que curan el reúma y las afecciones de la piel, tienen buena parte de culpa en el resurgir de Cuntis como pueblo turístico y vacacional.

         Marcial Campos, que era padre de Pedro, el popular regatista y dueño de una fábrica de velas para barcos en Cuntis,  afrontó primera remodelación, en los años sesenta. Entonces, en Galicia, pocos confiaban en la importancia turística que habría de cobrar el termalismo en el siglo XXI, sobre todo para estas pequeñas poblaciones de interior.

         Hoy en día, este balneario, destaca tanto por su concepto arquitectónico como por sus modernísimas instalaciones, en las que no falta nada para que podamos sentir en él los placeres del agua y curarnos en salud.

       Efectivamente, el origen de todo está en Castrolandín, que es citania de origen prerromana, a un kilómetro de la villa. Se trata de una aldea fortificada de la Edad de Hierro. Por las últimas excavaciones se sabe que estuvo poblado entre el siglo II antes de Cristo y hasta el siglo I de la era cristiana.

         Llegar a Cuntis es fácil, porque se encuentra estratégicamente situada en una zona de tránsito entre Santiago, Pontevedra y el puerto de Vilagarcía, por lo que posee buenas carreteras. Ocho son las parroquias que habitan unos seis mil habitantes. La agricultura y la ganadería; y el turismo, son los sectores económicos más importantes. Pero hay algunas empresas singulares, como alguna que continúa la tradición de los viejos canteiros, en la que se hacen cruceiros y hórreos. Un cruceiro puede comprarse hoy por unos 4.000 euros.

         Cuntis, el centro urbano, posee un conjunto urbanístico único, donde el pasado se interrelaciona con la actualidad, en perfecta simbiosis. El casco antiguo de la villa posee magníficos edificios de piedra y pasearlo es todo un placer.

 

              El Xistral y el Acibal, son los montes que flanquean el territorio de Cuntis, que se extiende a lo largo de un valle creado por el río Gallo, afluente del Umia, que atraviesa el municipio de norte a sur.

              Los conjuntos montañosos son excepcionales miradores desde los que se alcanzan la Ría de Arousa y Compostela. En ellos es fácil ver caballos en libertad.

              El valle es una superficie prácticamente plana, salpicada por cerros que generan paisajes de gran belleza. En la ladera de los montes quedan numerosos restos de la fraga caducifolia original, de gran importancia ecológica.

               Las aldeas y los cultivos agrícolas son el mejor cuadro natural que pinta la naturaleza en Cuntis.  Y el río Umia, que le une más a Caldas que a otros municipios próximos, crea espacios de gran belleza, como los de A Pontenova y Lornés.

 

               He vuelto a Cuntis con mi amigo Eligio que me descubrió una curiosidad gastronómica: aquí, el plato rey de la gastronomía local es la paella. Me lo demostró invitándome a probarla en un restaurante que estaba hasta los topes de gente en busca de lo mismo… Ojo, también te ofrecían buen marisco y otros platos más propios de la Galicia interior, como el cocido.