galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

Sofía Casanova, la admirable «Polaca»

Es uno de los personajes mas desconocidos de Galicia y sin embargo una de las mujeres mas admirables nacidas en este país. Recuperar su memoria es tarea que emprendieron hace algún tiempo, de una parte la profesora Charo Martínez y de la otra el conocido periodista Luís Menéndez, viajero incansable en busca de las huellas mas relevantes de la Galleguidad en el exterior. También el realizador Marcos Gallego le dedicó un documental, “A vida de Sofía”.

En el año 2012, a la vuelta de la esquina del calendario,  se cumple el 150 aniversario del nacimiento de Sofía Casanova, en 1862, en el lugar de Almeiras, en uno de los ayuntamientos periféricos de A Coruña,  Culleredo. Sin embargo murió en en Polonia, en la villa de Ponzan, el 16 de enero de 1958.

¿Por qué muere en Polonia?

Quizá podamos decir que fue la avanzadilla de los logros de la mujer gallega, ya que resulta ser una de las primeras en estudiar en Madrid, donde frecuenta las tertulias literarias en las que conoce al profesor, filósofo y diplomático polaco Vicente Lutoslaswki con el se casa y fija su residencia en Polonia.

Aunque Sofía siempre pasaba sus vacaciones en Galicia, a la que jamás olvidó y cuya huella dejó escrita en numerosas crónicas y alguna obra literaria.

Cuando os decía que es una mujer admirable es porque, al margen de su extensa cultura –hablaba 8 idiomas, entre ellos el gallego- y de su trabajo como cronista, incluso fue enfermera voluntaria de la Cruz Roja cuando el tiempo de guerra lo exigió.

Sofía Casanova vivió acontecimientos de gran importancia en la historia de Europa, como el desarrollo del sindicalismo, la formación del Partido Bolchevique en la Rusia de los Zares, y especialmente siguió muy de cerca tanto la primera como la segunda guerra mundial y la persecución de los judíos por los nazis en Varsovia.

En cuanto a su obra yo distinguiría la periodística, con sus crónicas de la historia de Europa en periódicos como “La Época”, “El Liberal”, “El Mundo”, “El Imparcial” –todos ellos españoles-, también los gallegos de la época y en la prensa internacional, especialmente en la “Gaceta Polska” y el “New York Times”.

Pese a que no es una mujer muy popular sí se distingue por su compromiso y en el año 1906, cuando nace la Real Academia Gallega, le reconoce como miembro, aunque es en 1952 cuando la distingue como Académica de Honor.

Pero en una sociedad machista como la polaca de entonces, es repudiada por no tener mas que hijas y ningún varón. Se rompe su matrimonio y regresa a Galicia arruinada y medio ciega.

Luego vuelve a Polonia como consecuencia de la ocupación nazi y de la II Guerra Mundial.

Su obra literaria es muy amplia, tanto de narrativa, como de teatro o poesía, pero destaca sobremanera como periodista y cronista en títulos como  La mujer española en el extranjero (Madrid, 1910), De la Revolución Rusa (Madrid, 1918), Impresiones de una mujer en el frente oriental de la guerra europea (Madrid, 1919), La revolución bolchevista, Diario de un testigo (Madrid, 1920) y  El martirio de Polonia (Madrid, 1946), son sus grandes obras.