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LA JUEZA DE LARA, UNA ESTRELLA MENOS BRILLANTE

Este miércoles pasado me estaba preguntando como juzgarán a su señoría. A la magistrada Pilar de Lara, que se sentó ante el promotor de la acción disciplinaria que contra ella sigue el Consejo General del Poder Judicial por supuestos retrasos indebidos en la instrucción de las macro-causas que tiene abiertas y por decisiones que han ocasionado un ficticio incremento del volumen de trabajo.

Según su abogado, en la comparecencia contestó sin titubear a todas las preguntas. Aportó un informe de 700 páginas para responder al emitido por el servicio de inspección y dijo en su declaración que si hubo retrasos no son imputables a ella, sino a diligencias periciales, recursos, exhortos o informes.

De Lara es la jueza titular del número 1 de Lugo, a la  que llamaban hasta hace poco los periodistas “la Alaya gallega” o el “azote de los políticos”. Fue una estrella fulgurante en la constelación judicial pero esta semana da la impresión de que su luz brilla menos.

Fernando Blanco, ex conselleiro de Industria y ex diputado nacionalista, al que inhabilitó políticamente cuando se hallaba en lo más alto de su carrera, este martes, tras archivarse la causa que De Lara instruyó contra él, dijo en la rueda de prensa que ofreció para limpiar su trayectoria…

—- Nunca me chamou a declarar.

Ante medios de comunicación gallegos Blanco arremetió duro contra la jueza lucense y la desacreditó por sus dilaciones injustificadas en el procedimiento que le inhabilitó.

Pilar de Lara truncó, además de esta, otras numerosas trayectorias políticas en casos abiertos por ella que ocuparon amplios espacios en los medios y que fueron bautizados pomposamente. Recordaréis aquellas operaciones Campeón, Carioca, Cóndor, Cebra, Pokemos, Pulpo, Gañón, Pikachu, Manga…  

Con su instrucción la jueza Pilar de Lara acabó con las carreras políticas de gente que se había ganado a pulso su prestigio, como el ex alcalde socialista de Lugo Pepe Orozco; el de Boqueixón, Adolfo Gacio, del PP; el de Ourense Francisco Rodríguez…  Además de provocar la caída de Gómez Besteiro como líder del socialismo gallego y de tocar en el ala al eurodiputado y exministro Pepe Blanco.

En todos estos casos la jueza parece que nunca lo tuvo muy claro, según su manera de actuar, pero aún se cree el azote de los políticos y no hace mucho que imputó también a la actual alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, que no piensa dimitir porque ahora todo lo que toca la jueza De Lara tienden a relativizarlo tanto los políticos como los ciudadanos.

La estrella de la magistrada comenzó a brillar en el Juzgado de Instrucción número 1 de Lugo en el año 2007, cuando, recién llegada, encontró una curiosa causa en el archivo que nadie tocaba: tenía como protagonista a un cabo de la Guardia Civil que, a cambio de favores sexuales, ofrecía a las prostitutas brasileiras pasar por alto su irregular situación en el país.

Pilar de Lara, tras cientos de interrogatorios a prostitutas, de ordenar escuchas a sus clientes y de registrar incluso las comisarías utilizando como investigadores a los agentes de aduanas, descubrió “una red de corrupción” en toda Galicia.

La Operación Carioca, el caso de los mandos policiales que hacían la vista gorda ante los abusos del proxeneta del club Queen’s,  le proporcionó la pista de una pandilla de empresarios que se vanagloriaban de tener alcaldes a sueldo para conseguir contratos.

Así nació su primera gran “operación anticorrupción”, la Pokemon, con más de un centenar de imputados por delitos de trata, abusos sexuales, tráfico de drogas, blanqueo, malversación o sobornos.

De todo esto hace diez años y por no haber parece que aún no hay caso.

Lo cierto es que la Jueza Pilar de Lara también tiene amigos. Entre los ciudadanos y los políticos de izquierdas, incluso en la prensa nacional en la que he leído algún artículo poniendo a parir a los periodistas de Lugo por “sus ataques feroces” a la magistrada, menudita y de suaves maneras, a la que algunas informaciones vinculan al Opus Dei.

Es más. No hace mucho que varios cientos de ciudadanos le mostraron su apoyo en las calles de Lugo. Entre los manifestantes destacaban algunos miembros de las Mareas y de Podemos.

Cuenta uno de sus amigos que “la juez se ha construido una vida monacal: ida y vuelta de casa al trabajo en sesiones hasta la madrugada”.

En algún lugar de la red he leído…

—–  La prensa local la vigila hasta el punto de señalar que abusa del Red Bull en sus jornadas maratonianas. A ella esas intromisiones le molestan. En parte porque lo que de verdad le gusta es el té y en parte porque rehúye a los medios.

Eso es verdad aunque ignoro las causas. Pero tampoco se la ha visto en la manifestación de esta semana reclamando más medios para la Justicia y esto choca con lo que contó un periódico estatal…

—– En su juzgado se ha visto a funcionarios adelantar el dinero del tóner de las impresoras, en gran medida porque es una mujer cuya dedicación se aprecia.

Su señoría tiene tres inseparables: una secretaria judicial y dos guardias civiles. Con esta gente pasa más horas incluso que con su marido, un antiguo miembro de la ejecutiva del PP de Lugo.

La realidad es que la magistrada de Lara tiene sobre la mesa una docena de las que se califican como macro-causas, aunque de dos –Vendex y Garañón- la han recusado; tras la declaración el pasado miércoles ante el CGPJ tampoco las tiene todas consigo.

Para algunos su futuro está fuera de la carrera judicial pero otros la ven en la Audiencia Nacional.

Tras todo esto, algo tengo claro: que yo no sirvo para juez, así que a Pilar de Lara la juzgue quien quiera menos yo. Esta novela parece que va largo, pero la protagonista sí es única.