Ferrol
La Bella Época
El encanto de un barrio simétrico y romántico
Ferrol nació pueblo pequeño y marinero en su primer puerto de As Curuxeiras. Llegó a la adolescencia por la ribera de su ría, mar apacible e inexpugnable. En la mili, le pusieron galones de ciudad departamental. Creció entonces como puerto militar estratégico y como una gran fábrica de barcos para la guerra.
Pero la “bella época” ferrolana, su inolvidable y romántico modernismo, su maravillosa esbeltez urbana, se inicia con el regreso de los indianos de América, a quienes debemos las casas encantadas y los principales cimientos de la actual cultura.
Aquella “bella época” sucedió cuando, en la Plaza de Armas destacaban los vistosos uniformes militares y en la de Amboage, la elegancia de las damas de una sociedad civil muy ilustrada.
Entre ambas plazas se desarrolló el Barrio de la Magadalena, ejemplo de belleza arquitectónica, y de racional y simétrica creatividad urbanística.