galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

Oia

Entre A Grova y el Atlántico

Surgió como pueblo de los acantilados atlánticos…

Los caballos libres van y requetevan entre A Grova y A Valga, de balcón en balcón, para contemplar como pasan los días sobre los azules del Atlántico.

Pasó el día y pasó la romería, y nadie acampará hoy junto al curro. Será hasta el año que viene, cuando otra vez el hombre y el alazán ofrecerán el espectáculo de la lucha por la supremacía de la sierra.

El caballo libre es el dueño del espacio; de los molinos rosalianos del Folón; de las pozas de Mougás en donde abreva; de los pinos mansos a cuya sombra se cobija; de los eucaliptos invasores que perfuman el aire que respira; y de los senderos que conducen a  los balcones del mar y de la tierra.

Desde ellos amplían hombre y caballo el horizonte de Oia, que ha surgido como pueblo de los acantilados atlánticos, donde las olas se deshacen para entonar su canción de mar.

Frente a ese mar, aún pervive el contraluz del monasterio abandonado por el que vagan las almas de los monjes irmandiños.

La luz, sin embargo, se esconde a lo lejos, en el perfil del horizonte marinero, cuando el sol nos anuncia el final de la tarde y los barcos pasan, estrellando su proa en el océano inmenso, del que emergen y se sumergen, cabalgando sobre las olas.

Oia es una imperfecta sucesión de lugares mágicos con olor a salitre marinero, en la Costa de la Luz.

El de Mougás es uno de los curros mas antiguos de Galicia. La foto es de 1947.