galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

PABLO CRESPO SABARÍS

CORRUPCIÓN

UN CORRUPTO POPULAR

No sé qué pensaría su padre si levantara la cabeza. Su padre era Manuel Crespo Alfaya, una de las cabezas pensantes mejor amuebladas de la derecha política, tanto en el tardofranquismo como en esta democracia iniciada a finales de los setenta, en la que participó hasta que, quizá cansado de este mundo, emprendió viaje al Espacio.

Manolo Crespo Alfaya era un viejo falangista de los que ayudó a muchos, seguramente a todos cuantos pudo. Averigüé que era buena gente durante dos décadas de trato cordial a pesar del abismo ideológico que en principio nos separaba.

Tuve menos que ver con su hijo, Pablo Crespo Sabarís, pero si le conozco bien a través de amigos comunes, como por ejemplo Pepe Cuiña, en cierto momento su valedor político y quien le aupó a la Secretaría de Organización del PP de Galicia. No sé qué pensaría de Crespito su padre, probo funcionario en cuya trayectoria pública nadie descubrió nunca nada reprobable.

Sí, Manuel Crespo Alfaya, a pesar de su ideología, fue para mí un personaje único digno de mi admiración personal. Todo lo contrario que su hijo Pablo,  uno de los más populares corruptos de esta España donde la segunda preocupación de sus habitantes es, precisamente,  la corrupción política.

Hasta tal punto esto es así que en un pequeño ayuntamiento como el que yo vivo, la gente señala con el dedo a algún político diciéndote…

—- Esta casa saíu pola porta do Concello…

Y cuando eso te cuentan no das pábulo a tal afirmación,  digna del guión de la mejor teleserie de éxito.

CRESPO 1

A lo que íba. Pablo Crespo Sabarís ha pasado tres años en prisión porque así lo quiso el juez que le imputó en la trama Gürtel, a pesar de ser “solo presunto” autor de varios delitos de cohecho, fraude, blanqueo de dinero y tráfico de influencias. Lleva un año en libertad y ha recorrido todos los canales de televisión y medios, “concediendo exclusivas” en las que siempre dice lo mismo…

—- En el Partido Popular hay gente que está muy nerviosa por el tema de Bárcenas…

Y se pone a disposición de quien sea porque él mismo está presto para…

—- Aportar pruebas de presuntas irregularidades y a dar nombres de sus responsables. Luego el juez que decida si tiene relevancia penal…

Le pides que aporte esos nombres de una vez, pero ante los medios de comunicación se calla. Aunque es verdad que, en tres años como secretario de organización del Partido Popular de Galicia, entre 1996 y 1999, tuvo tiempo suficiente para denunciar a varios de los “hombres del maletín” o “recaudadores” del dinero que la formación política precisaba para sus gastos generales y para sus campañas electorales. Porque lo que sí cuenta es que…

—- Claro que sí, los partidos políticos, todos lo que pueden, completan su financiación de forma irregular aceptando dinero de diversos proveedores y empresas, que a su vez se benefician de las adjudicaciones efectuadas por aquellas instituciones en las que detentan el poder.

Lo que nos lleva a lo que todo el mundo supone: que también hay empresarios corruptos pero a los que nadie acusa tan enfáticamente como a los políticos, cuya credibilidad, a nivel general, es uno de los mayores problemas del sistema.

—-  ¿Y usted pagó o vio como se le pagaba en dinero negro a los dirigentes del PP?

—-  En mi etapa algunos cobraban del PPG dos mil euros en negro…

Cuando escuché esta afirmación de Pablo Crespo me pareció, ¡qué quieres que te diga! muy modesto el “complemento”, sobre todo para un ejecutivo con cierta responsabilidad pública. Desde luego es una ayudita, pero no llega a ser, ni mucho menos, la prebenda que perciben los directivos de los bancos o de las grandes empresas. Te supongo enterado de que en España, 90 ricachos amasan una fortuna igual a la renta de un tercio de todos los demás, es decir, de casi 20 millones de ciudadanos. De todos modos, hombre, eso de cobrar en negro de un partido es algo más que un delito fiscal.

CRESPO 2

Algún vilagarciano que conoce bien, muy bien,  a Pablo Crespo Sabarís, se regodeó de su entrada en prisión, porque, cosas de la vida en la zona, estaba convencido de que ya debió de haber ingresado en la cárcel cuando fue empleado de banca.  En Vilagarcía de Arousa, los militantes, reprocharon a Cuiña su nombramiento como presidente local del PP, tema que provocó una escisión capitaneada por José Luís Rivera Mallo en el partido que entonces presidía Manuel Fraga.

Pepe Cuiña le ascendió a secretario de organización del PP de Galicia para templar gaitas en la comarca arousana pero al acceder a la secretaría general Xesús Palmou le cesó fulminantemente poniendo fin a una efímera vida política. Crespo iniciaría entonces una actividad empresarial muy próspera de la mano de Francisco Correa, número uno de la trama Gürtel. La justicia considera a Crespo el número dos de este complot de corruptos.

—– Fue cuando pasó usted de ser el que concedía servicios y obras a quien pagaba altas comisiones por obtener su concesión… ¿No es así?

Cuando le atacas directamente, te corta…

—– De la financiación de los partidos, de estas cosas, no voy a decir nada más porque sería una irresponsabilidad por mi parte.

Y niega, naturalmente, su implicación en la trama de corrupción de este sistema político-empresarial

—– ¿Entonces…?

Eso sí, se atreve con el diagnóstico de la situación política…

—–  Yo creo que hay que abrir un debate profundo sobre la financiación de los partidos en España.  

CRESPO 3

 Crespo Sabarís reconoce que, en sus tiempos de político y también en los que se dedicó a la empresa, “cometieron” fraude fiscal, pero nunca malversación de fondos públicos ni ningún otro delito de los que se “les” acusa…

—–  De cualquier manera, yo ya he pasado en prisión 1.090 días. Porque los días allí se cuentan… 

—–  ¿Y no teme volver después del juicio?

—–  Gürtel y el Caso Bárcenas son una cortina de humo…

Pablo Crespo Sabarís ha mirado fijamente a la cámara, como retándonos a todos. Lo mismo que hizo Al Capone cuando le condenaron por delito fiscal: miró a los fotógrafos y apareció en todos los diarios con la sonrisa de un gran vencedor.

Una última pregunta…

—– ¿De qué vive? ¿Trabaja?

—– En mis circunstancias es difícil que alguien te de trabajo. Vivo del sueldo de mi mujer que es funcionaria.

No es el único… pero sí un corrupto popular… 

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