DE LA CASA DE LA TROYA AL PISO ESTUDIANTIL

La pensión estudiantil del siglo XIX sigue abierta para recordarnos el pasado pero la modernidad universitaria nada tiene que ver con aquellos tiempos.

¿Cómo vivían los estudiantes de finales del XIX y principios del siglo XX? ¿Cómo viven ahora los jóvenes universitarios gallegos?

Conocer el pasado es posible visitando La Casa de la Troya, que sigue abierta la vieja pensión que inspiró la novela de Pérez Lugín.

Ahora es un museo que ocupa, en el casco histórico de Santiago, un edificio de tres plantas y un pequeño ático. El edificio albergó la famosa pensión entre 1886 y 1906. A partir de ahí vivieron en él muy diversas e ilustres familias santiaguesas.

El museo, abierto en 1993, nos muestra tal y como era la pensión que describía en su novela Pérez Lugín y que fue llevada al cine por diversos directores. La más famosa de ellas, la protagonizada por Arturo Fernández y Ana Esmeralda.

La vida de un estudiante en Compostela, en la actualidad, no tiene nada que ver ni con la Casa de la Troya ni con los personajes de la novela. En primer lugar porque es mucho más cara y en segundo porque es mucho más libre.

Además, Galicia tiene en la actualidad nada menos que siete campus, por lo que Santiago dejó de concentrar a la totalidad de los universitarios del país.

Aún así, en el campus compostelano –que tiene 500 años de historia- están matriculados 30.000 jóvenes que cursan alrededor de una cincuentena de carreras.

Se nota los jueves, día de movida nocturna para los universitarios que saben divertirse y gozan de plena libertad para ello, sin tener que rendir cuentas a la patrona de la pensión por llegar tan tarde a casa.

Por otra parte, la mayor parte de ellos viven en pisos alquilados y calificados ya como de “estudiantes”.