galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

VIGO, LA CIUDAD JOVEN

Por Marola Seijo

Es la más cosmopolita de las ciudades gallegas y la más grande. Está a punto de alcanzar los trescientos mil habitantes y es la que mayor número de inmigrantes acoge.

Pero eso no siempre fue así. Vigo era la más pequeña de las ciudades gallegas, la más periférica y aislada en sus comunicaciones terrestres y no destacaba salvo por ser un pueblo pesquero y base de las operaciones de los salazoneros catalanes.

Hablamos del Vigo de hace 200 años. Y es que el 1 de marzo de 1810 el Consejo  de Regencia de España e Indias decretó la concesión del privilegio y título de Ciudad Fiel, Leal y Valerosa en atención a los servicios prestados un año antes, durante la expulsión  de las tropas napoleónicas del sur de Galicia.

Si en su puerto internacional embarcaron miles de gallegos hacia América por la autopista marítima atlántica van y vienen ahora grandes buques crucero, con americanos y europeos, o grandes cargueros de containers. El viaje por mar se hace por puro placer o para facilitar el intercambio comercial.

Vigo sigue siendo el gran puerto ibérico, como lo fue siempre, desde los tiempos del “Begoña”, tal vez el más confortable de los buques de pasaje que llamaban trasatlánticos, porque cruzaban el océano con una gran carga humana, la gente que huía de la miseria para “hacer las Américas”.

Desde los últimos años del siglo XIX hasta finales de la década de los 50 del siglo XX se mantuvo un flujo migratorio de Galicia hacia América.

Hoy en día las cosas han cambiado y es Vigo la que recibe inmigrantes. Algo que por supuesto ha contribuido a la grandeza de esta gran urbe, en la que resulta imprescindible para su desarrollo la aportación de gentes de la más variada procedencia. Aquí se dice que vigués no se nace, sino que se hace sumando esfuerzos que permitirán el avance hacia un futuro prometedor.

Han pasado muchos años y aquel pequeño pueblo de pescadores se ha transformado en la ciudad más industrializada y poblada de Galicia, y en el referente de la modernidad social y la vanguardia cultural.

Y esto ha sido posible a pesar de su juventud. Se aprovecharon las condiciones de puerto natural seguro,  ubicado estratégicamente para el tránsito y recalada de todas las flotas. Porque el elemento determinante del desarrollo de Vigo es haber conseguido ser puerto internacional, al fijarse la Isla de San Simón como área de cuarentena y establecerse allí el Lazareto, en 1838.

Empezó ahí una  carrera imparable que convirtió a Vigo en una de las poblaciones europeas de más rápido crecimiento demográfico al pasar de tres mil habitantes a trescientos mil en menos de dos siglos.

Vigo puede presumir de lo que ha hecho y en lo que se ha convertido en los últimos 200 años. En la actualidad es  la ciudad gallega que mejor afronta los problemas económicos.

El área metropolitana convierte a esta zona en la de mayor número de habitantes del noroeste y también la de mayor capacidad industrial y de negocio.

Además, el puerto ha sido a lo largo de la historia el verdadero motor de Vigo y de toda su comarca, con sus tres variantes: la pesca, el tráfico de mercancías y el turismo de cruceros.

Vigo ha cumplido doscientos años de vida urbana, tras la caída de las murallas del viejo casco…

Aunque ya se sabe que el monte Castro refleja claramente que aquí vivió un pueblo galaico, hace más de tres mil años. Aquellos sus primeros habitantes jamás imaginaron que la primera ciudad de Galicia iba a gozar de fama mundial por sus luces de Navidad.