galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

VACAS

Por Xosé Antonio Perozo

Mediados los años ochenta, el PP de entonces aconsejó a los ganaderos gallegos no declarar al Gobierno socialista la totalidad de la leche producida para ahorrar impuestos. Cuando en Europa llegó la hora de adjudicar las cuotas de producción láctea a las explotaciones existentes tomaron como referencia aquellos datos. El fruto de semejante triquiñuela fue el cierre paulatino de infinidad de pequeñas granjas, como bien sabemos.

De nada valieron las tractoradas de protesta, ni las negociaciones. El mal estaba hecho. Durante el conflicto, un alto ejecutivo cuyo nombre no recuerdo, volvió de Bruselas quejándose de que allí no entendían nuestra forma de producción lechera. “Esto de una vaca, dos vacas, tres vacas en una granja no entra en sus cabezas” fue su frase lapidaria imposible de olvidar. Entre otras cosas porque un artículo irónico sobre el tema, publicado en el periódico donde trabajaba, me costó una bronca con el empresario editor.

Estos días las vacas son noticia porque el ministro Garzón ha dicho lo mismo que científicos, ecologistas y la UE vienen pregonando, esto es, que las granjas intensivas son perjudiciales para el medio ambiente, que la estabulación de los animales maltrata su estado vital y que ese perjuicio genera carne de inferior calidad. Diferentes dirigentes del PP también lo habían afirmado e incluso, allí donde se ha propuesto la instalación de una granja de ganadería intensiva, se han manifestado en contra. La línea del PSOE va en la misma dirección ecológica de la UE, no obstante, de la inoportuna verborrea de algunos de sus dirigentes.

Pablo Casado y su troupe se han lanzado a fotografiarse con las vacas en medio del campo. Yo no los he visto en ninguna granja intensiva. Están tirando la piedra y escondiendo la mano porque eso, piensan, les dará votos entre los ganaderos extensivos. Las proclamas suenan a la vieja historia de la leche y temo que ese eslogan de “más ganadería y menos comunismo” acabe por inundar la España olvidada de explotaciones intensivas arruinando las extensivas. Luego alguien, algún día, volverá de Bruselas asegurando que allí no nos entienden. Ahora tampoco.

XOSÉ ANTONIO PEROZO