Leyendas del Camino
Los milagros se suceden en las crónicas de la Ruta Xacobea
Peregrinos a Compostela
Aquel Caminante iba ciego por el Cebreiro; tanto era así, que otros peregrinos le tendieron su mano para acompañarle en todo el trayecto… En el monte del Gozo, el ciego contempló con sus ojos el horizonte y las torres de Compostela…
Aquel otro peregrino era príncipe, Felipe de Francia, y escondía su cara para ocultar un feo lunar piloso en la mejilla. La fealdad desapareció de su rostro cuando alcanzó la cumbre del Gozo…
La dama Rusinda peregrinó con amante hasta que este fue asesinado por un coloso, marido de la bella. Pero esta hizo con su cadáver la romería compostelana y se obró el milagro de la Fé… Porque será Rusinda, -la dama peregrina con amante-, quien funde el monasterio de Conxo.
Simeón, peregrino armenio, echó aquí un demonio del cuerpo de la bella hija del rey don Bermudo, en el año 983…
A don Gotescalco, que hizo el Camino acompañado de los nobles de Aquitania en el 950, se le curaron de pronto las heridas de sus piés…
El final de las Rutas está lleno de relatos que se debaten entre historias verdaderas y leyendas imaginadas. Porque, a veces, es con los ojos de un ciego que recuperó la vista como queremos ver, con el alma, este largo, misterioso, santo y perfecto Camino…
Y cuando el peregrino a Compostela alcanza este monte que se conoce como el del Gozo respira un aire de campanas y su corazón se llena de paz.
En el Monte del Gozo están escritas las mas bellas páginas de los relatos xacobeos… Porque desde aquí ya se divisan las altas torres bajo las que permanecen los huesos del Apóstol, “el santo varón por el que se viaja a Galicia” que nos describen muy antiguos libros de historia…
En una de las mas hermosas crónicas, el libro del Santi Jacobi dice que…
“Era fama que ángeles iban y venían para guardar el Sepulcro y servir junto a él. Y cirios de la cera de las colmenas celestiales, ardían noche y día, perfumando el mundo…”